Un juez de Nueva York, en una sentencia pionera, ha condenado al propietario de un edificio a indemnizar con más de 5 millones y medio de euros a 21 grafiteros tras demoler el bloque en el que estaban sus obras.
Se le conocía como la 'Capilla Sixtina' del grafiti, todos los centímetros de sus muros estaban cubiertos por arte urbano. Apodado 'Five Points' por los cinco barrios de la ciudad, fue durante 12 años un gran museo urbano al aire libre con permiso del propietario e incluso un comisario para protegerlo.
Sin embargo, sus dueños decidieron demolerlo para construir apartamentos. Los artistas denunciaron y han ganado el juicio. "Forma parte del paisaje y de la memoria colectiva", defiende una artista española. Incluso Banksy hizo una petición para que no se derribara.
Aunque cada vez son más los artistas que comenzaron en la clandestinidad, ahora reciben encargos para dar vida al paisaje urbano.