una investigadora forense aseguraba haber hallado en la casa de Jakson 12 botellas del poderoso anestésico propofol, el que Murray daba a Jackson para, según él, ayudarle a dormir.
El fiscal también culpa al médico por no llamar lo suficientemente rápido a la ambulancia, a pesar de haber hablado con 11 personas en las horas previas a la muerte.
La fiscalía ha presentado varias pruebas por su ineficacia en la reanimación del cantante y las contradicciones que cometió sobre los medicamentos que le administraba.
Esta semana incluso ha testificado el coreógrafo que preparaba a Michael para su inminente gira. Tampoco él ha respaldado la tesis de la defensa de Murray: la de que Jackson pudo haberse suicidado con el medicamento propofol.
Latoya Jackson, la hermana del artista fallecido, llegaba ayer a la última de las audiencias preliminares que empezaron esta semana en Los Ángeles para determinar si Murray debe ir a juicio por homicidio involuntario.