Las obras de Miguel de Unamuno, Ramón del Valle-Inclán, Federico García Lorca, Pedro Muñoz Seca, Ramiro de Maeztu y otros escritores, pintores, fotógrafos han pasado a estar libres de derechos de autor, al cumplirse el plazo de 80 años a partir del fallecimiento del autor que dicta la ley. En total, son 377 los autores españoles cuyas obras pasan a estar libres de derechos, según el listado que publica la Biblioteca Nacional de España, precisamente el mismo año en que comenzó la Guerra Civil, en la que algunos de ellos fueron asesinados por uno u otro bando.
De hecho, en la lista figuran desde escritores, pintores, arquitectos u otros artistas hasta políticos, religiosos y militares, entre estos últimos algunos de los que se sublevaron contra la República como el general Fanjul (también figura su hermano, el sacerdote dominico Alfredo Fanjul), cuyos escritos están también desde este domingo libres de derechos de autor. Junto con estos, están también José Manuel Aizpurúa, Ricardo de Aguirre, el padre Rafael Alcocer, José Calvo Sotelo, José Canalejas, Blas Infante, José Antonio Primo de Rivera (y su hermano Fernando Primo de Rivera), Onésimo Redondo, José Sanjurjo o los pintores Alvaro Alcalá Galiano o Alfonso Ponce de León, entre otros muchos.
En España, el plazo en el que expiran los derechos de explotación de las obras es generalmente de 70 años a partir de la muerte del autor, aunque en el caso de los autores fallecidos antes de diciembre de 1987, el plazo de vigencia de dichos derechos (que pueden ser ejercidos por los sucesores o poseedores de dichos derechos) es de 80 años, tras los cuales, cualquiera puede utilizar libremente las obras también con fines comerciales.
La BNE, al igual que ha hecho en los últimos años, ha estado trabajando en la selección y digitalización de la obra de los autores que fallecieron durante el trágico año 1936 y que ahora puede ser difundida libremente, en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual. Para ello ha contado con el asesoramiento de José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza, que ha señalado que "el recuerdo de la guerra civil debe hacer presente lo que la contienda tuvo de catástrofe cultural, al margen de identificaciones retrospectivas con sus actores".
"En el crispado clima internacional de los años treinta, la guerra civil española fue, entre otras cosas, una sangrienta confrontación de simbologías culturales antagónicas que preconizaba su mutua destrucción", ha añadido. Según Mainer, recordar el elenco de los muertos de los primeros seis meses de la Guerra Civil "acerca a los términos de una tragedia que se prolongó por dos años y medio más y que, en la España dominada por Franco, no cesó de incrementar después de 1939 el censo de condenas a muerte, persecuciones, depuraciones y encarcelamientos por motivos ideológicos".
La BNE lleva varios años digitalizando la obra de los autores que cada año entran en dominio público. Este año, el número de autores aumenta considerablemente debido a las numerosas muertes violentas que se produjeron durante el primer año de la guerra. Además de ofrecer la obra de estos autores digitalizada, a lo largo de 2017 la BNE presentará un portal dedicado a escritores relacionados con la literatura española en el que habrá un espacio dedicado a los autores fallecidos en 1936 y en el que se ofrecerá una breve semblanza de la vida y obra de los mismos con el fin de poner de relieve las singularidades de cada uno de ellos.