El chavalillo que actuaba en el patio de su colegio en Málaga siempre soñó con hacerlo en un gran escenario y ante miles de personas. Y lo ha conseguido: 200.000 watios de luz, pantallas gigantes de video y 34 perrsonas para montar su show.
"Tenía claro que debíamos dar este salto. Aportar algo más de show pero siempre sin perder la esencia", nos dice Pablo Alborán.
Nos descubre algunos secretos de su espectáculo. Por ejemplo, los auriculares que utiliza: exclusivos para sus oídos. Han tenido que hacer un molde de sus orejas.
"Solo los puede utilizar alguien que tenga el mismo modelo de orejas que yo", bromea. Las niñas de sus dedos: las guitarras que utilizará. "Una de ellas lleva mis iniciales". Y nos desvela una sorpresa: también tocará percusión.
Nada de rituales, ni supersticiones antes de cantar. Solo un poco de té caliente y un frugal catering: agua y pavo. "Porque no como apenas nada antes de comenzar. Así me siento más ligero".
Agradecido a sus fans, Pablo Alborán será de los pocos artistas que este verano podrá llenar recintos de más de 10.000 personas.
Además es el artista, desde que existe registro de ventas de discos, que ha logrado que sus tres discos permanezcan más tiempo entre los principales puestos de los más de más éxito.