Es el primer paseillo que dan en su vida y lo hacen, ahí es nada, en la mismísima Plaza de las Ventas. Vienen de un colegio madrileño donde el porcentaje de inmigrantes alcanza el 80%; muy pocos son aficionados. Otros incluso se declaran antitaurinos.
Pero la mayoría desconoce los entresijos, secretos e historias que guarda la fiesta. Primero, visita obligada a la Puerta Grande, el lugar con el que todos los toreros sueñan. "Ahí fuera les espera la gloria", dice Carlos Abella, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.
También se recorre la galería fotográfica de visitantes ilustres, con Ava Gadner, Cantinflas, el Che Guevara, Charlton Heston o Hemingway; la capilla donde rezan los toreros y el palco reservado a la Casa Real.
Una vez acabada la visita, algunos chicos reconocen haber sentido curiosidad por todo eso que les han enseñado y que antes desconocían. Posiblemente no se haya ganado un torero para el escalafón, pero tal vez sí un aficionado para el futuro.