Fin de Año

¿Por qué se comen uvas en Nochevieja y qué otras alternativas hay?

La tradición de comer las doce uvas es española y poco a poco esta tradición se ha extendido a otros países, pero ¿cuál es su origen?

Comer 12 uvas en Nochevieja

Comer 12 uvas en NocheviejaIstock

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Llega Nochevieja y ya toca preparar la cena y el estilismo para despedir con una gran fiesta el Fin de año. Pero para entrar en el Año Nuevo con buen pie, en España, la tradición es tomar las doce uvas de la suerte al ritmo de las doce campanadas de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid.

Las doce campanadas indican el inicio del día 1 de enero y marcan el momento exacto en el que las agujas del reloj llegan a medianoche. Por cada campanada se pide un deseo y se come una uva, ya sea en casa con la familia, en un cotillón o en una plaza como la Puerta del Sol.

Esta tradición de comer uvas en Nochevieja se remonta a comienzos del siglo XX, cuando en 1909 hubo un gran excedente de producción de uva en el país y, para darle salida a esta mercancía, los viticultores decidieron venderlas como ‘las uvas de la suerte’ y entregarlas en paquetes de doce uvas, en referencia a los doce meses del año. Ya que esta costumbre procede de un excedente, muchas personas relacionan las uvas con la abundancia y la buena suerte y de ahí que por cada uva se pida un deseo.

Esta es la historia que más se conoce, pero existen publicaciones en medios de prensa escrita, que datan de finales del siglo XIX, en los que se cuentan las fiestas que hacían los burgueses en Fin de año, acompañados de uvas y champán. Esto llevó a que algunos grupos de madrileños se reunieran en la Puerta del Sol y comieran uvas al ritmo de las campanadas para satirizar las costumbres de los más ricos de la sociedad española de aquella época.

Con el tiempo, comer uvas el 31 de diciembre se extendió a toda la población y la Puerta del Sol es el punto referencial de esta fiesta. Año tras año se advierte a la población de que las uvas hay que ingerirlas con cuidado para evitar atragantamientos. Una solución puede ser pelarlas y extraerles las pepitas para ingerirlas más fácil.

Para quienes no les gustan las uvas de Nochevieja o no las pueden comer, existen algunas alternativas que pueden ser el sustitutivo perfecto a esta fruta de la suerte. Para los amantes del dulce, una buena alternativa puede ser comer chocolatinas pequeñas o bombones de pequeño tamaño, en forma de pepita de chocolate; también se pueden comer uvas pasas, gajos de mandarina o aceitunas.

Además, se pueden coger ideas de otros lugares del mundo, como por ejemplo, Italia, donde comen lentejas estofadas después de las campanadas o Grecia, país en el que se hacen grandes pasteles que se recubren de monedas de oro o plata para atraer la suerte y la fortuna en el Año Nuevo.

Sigas la tradición que sigas… ¡Feliz año 2023!

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