Lo suyo, desde luego, es llamar la atención con el tamaño.
El año pasado, una silla gigante que apareció en un monte de Moaña, en Pontevedra, sorprendió a los vecinos de la localidad. Nadie sabía qué hacía allí y quién la había llevado.
Finalmente, se descubrió que era obra de unos artistas que quisieron realizar su propia 'performance'.
Este año, esos mismos artistas repiten idea, aunque no diseño. Esta vez, han realizado dos vasos de yogur gigantes que han instalado en el Club Naútico de Vigo.
La obra de arte ha sido bautizada como 'amplificador de secretos'. Está realizada en poliéster, tiene dos metros de diámetro y en su interior caben hasta quince personas.