Arte
Un artista quema una de sus obras en Madrid para hacerla más rentable
Es una acción de arte cuando previamente ha vendido los derechos de 400 partes de la obra. La imagen linda con la provocación, lo innovador y tratar de abrir un nuevo mercado: el de internet.
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Toda una liturgia en una azotea con las cinco torres de La Castellana de testigo. Alrededor del cuadro, antes de quemarse, el artista José Manuel Ciria y veinte actores disfrazados con máscaras venecianas. "Es una obra muy especial", nos dice su creador, "la tengo mucho cariño".
Sin embargo, sus imágenes cotizarán en internet. Ya hay quien la ha puesto en el mercado virtual de Blockchain. Entre ellos, Pablo, que ha comprado por 100 euros una de sus partes o NFT: "No sé si mantendré la pieza en el mercado o bien haré camisetas o tazas, pero la imagen es sólo mía", nos cuenta el inversor.
Antonio Sainz, presidente de LookingNFT, realiza este tipo de ventas virtuales, principalmente en el mundo del arte: "Pero esta vez", nos dice, "es especial: es destruir para resucitar. Y el mercado virtual, sube mucho, cada NFT o trozo, tendrá mucho valor en un tiempo", nos asegura.
Pero muchos ven, una vez más, la provocación como arma para publicitarse. Ya lo hizo Banksy con una obra que al triturarse en una subasta multiplicó su valor.
Ahora ha sido quemar para vender en la red. O incendiar una vez más el eterno debate de hasta dónde llega el arte.
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