Para ellos, fue seguramente la noche de su vida. Ochocientos afortunados fans de Lady Gaga -sus 'pequeños monstruos', como ella les llama- pudieron asistir a un concierto 'íntimo' en Sídney.
Ellos fueron los ganadores del sorteo que se realizó para acudir a este evento y acudieron vestidos como su ídolo: pelucas de colores, ropas extravagantes y hasta pintura verde-azulada en la piel.
En el escenario, Lady Gaga cantó y convenció durante una hora. Interpretó éxitos de su último álbum 'Born This Way' y del anterior 'The Fame Monster'.
Al día siguiente, tras recibir las llaves de la ciudad de manos del alcalde, la cantante -vestida con un modelo negro, transparente por detrás y una pamela con un orificio en la parte delantera que la dejaba ver- dejó Sídney.