U2 retorna mañana en medio de una enorme expectación a la ciudad en la que hizo historia con su primera actuación en España, en 1987, pero en la que posteriormente apenas se ha prodigado con sus actuaciones: cuatro en 31 años de idilio intenso pero intermitente. La quinta y la sexta llegarán esta semana con motivo del 'Experience + Innocence Tour', que llevará por primera vez a Bono y compañía al WiZink Center de Madrid en dos noches consecutivas, tras agotar las más de 32.000 entradas disponibles en unas pocas horas, lo que motivó incluso una investigación del Gobierno contra la reventa.
A falta de conclusiones al respecto, lo que está claro es que esta ciudad tiene ganas de U2, transcurridos 13 años de su último paso con 'Vertigo Tour' por el estadio Vicente Calderón, donde previamente habían actuado con el aforo agotado en 1993, con los Ramones como teloneros dentro del 'Zooropa Tour', y en 1997, con el limón gigante de 'Popmart'. "Recuerdo especialmente aquella gira; era como una olla, con un ambiente espectacular, lo que se contagió a la banda. Ese fue para mí el más espectacular", señala a Efe Xavier Balart, autor del libro 'U2 en España'.
A este cronista musical, que sigue muy de cerca cada paso del grupo desde 1992, se le escapó sin embargo una cita mítica en la historia de sus ídolos, el de su primer concierto en España, en el estadio Santiago Bernabéu, hace 31 años. "Durante bastante tiempo fue el más masivo que habían dado nunca. Estaba abarrotado. Nadie sabe lo que sucedió, pero entró mucha más gente de la que legalmente estaba permitido", explica. Lo que entonces parecía el inicio de una gran historia en común, se diluyó en el tiempo frente a los 12 'shows' que U2 ha llegado a ofrecer en Barcelona en este tiempo, con hitos como el inicio mundial del '360º Tour'en el Camp Nou en 2009 y la celebración del 30 aniversario del álbum 'The Joshua Tree', que tuvo lugar el pasado año en el estadio olímpico Lluís Companys.
Sobre el primero, hubo un intento de traerlo también a Madrid. "Pero ninguno de los estadios de entonces permitía que las enormes grúas requeridas para el montaje del escenario (la llamada 'Garra', por su forma) pudiesen acceder al terreno de juego, mientras que en Barcelona se asfaltó un túnel e incluso se derribó una pequeña parte de las gradas para ello", informa Balart. Respecto del segundo, Roberto Grima desveló a Efe que también se intentó traerlo a la capital como broche final del estadio Vicente Calderón, algo que, según el presidente de Live Nation, no se pudo hacer por incompatibilidad con el 'routing'.
"Ellos saben que la gente del resto del país y de Portugal se desplazará hasta allí, que es un punto más cómodo, ya que está en la frontera con Francia y no hay que bajar tanto. Por otro lado, ha influido el tipo de recinto que necesitaban", apunta Balart. Insiste en aspectos como las facilidades de los mismos (véase las modificaciones en los accesos del Camp Nou) y añade otros como la disponibilidad y el aforo (el del Palau Sant Jordi de Barcelona, donde durante cuatro noches se desarrolló en 2015 el 'Innocence + Experience', superaba en más de 2.000 personas el del WiZink Center, cuyo calendario además tiende a estar masificado).