El genio creador de Dalí se extendió hasta el diseño de muebles. Su amigo el arquitecto Oscar Tusquets ha materializado sus bocetos y su imaginario de diseño, una faceta que no ha reflejado la exposición del parisino Centro Pompidou, y que ya exhibe en el Museo Reina Sofía de Madrid. "Dalí en una ocasión dijo: 'Soy mejor escritor que pintor'", recuerda Tusquets en clara alusión a que su obra se exhibe siempre en la misma dirección.
"Esta exposición se centra en la pieza original que a Dalí -comenta- le importaba un pito", pues asegura que "apostaba por las reproducciones, pues le gustaban muchísimo por el diseño industrial, algo que les ha interesado menos" a los comisarios de la muestra. La amistad de Dalí con el interiorista francés Jean-Michel Frank tuvo mucho que ver en su faceta de diseñador de mobiliario y es en esa época, dice Tusquets, cuando comienza a dibujar los "labios de Mae West".
Este fue el primer mueble en cuya construcción intervino él directamente y para el que solicitó una elaboración con "métodos modernos, ultrarrealistas". En los años noventa, un equipo de expertos capitaneado por Tusquets se propuso hacer realidad los muebles que Dalí había dibujado para Frank: el sofá "Vis a Vis de Gala" o la silla y la mesa baja Leda, sacados del cuadro "Femme à la tête rose" (1935), que Bd Barcelona Design comercializa en exclusiva mundial, son algunos de ellos.
El fotógrafo Robert Descharnes era la persona de confianza de Dalí, quien disponía fotográficamente de "todo un cuaderno" con dibujos de los muebles que pensaba realizar con Frank. El arquitecto explica que basándose en ellos y en algún cuadro que reproduce con "realismo" algunos muebles, el creador aceptó con gusto la propuesta de materializarlos. El proyecto se llevó a cabo cuando Dalí había fallecido, pero está seguro de que todo lo que han hecho le "encantaría", ya que antes ha pensado "qué haría él, no yo", indica Tusquets, lo que le ha llevado a ser "respetuoso" con su obra, sabiendo que contaba con su "confianza".
Tusquets, patrono vitalicio de la Fundación Dalí, señala que en sus diez años de amistad pudo conocer a fondo al artista, y eso le permite afirmar que estaría "satisfecho" con el resultado e incluso "hubiera introducido alguna idea más loca" en los diseños. "Cogimos los dibujos más realizables y atractivos en aquel momento", comenta. Se trata de obras de arte que se pueden colocar en un hogar y a las que califica de "esculturas útiles porque las lámparas iluminan y sobre la mesa puedes dejar objetos".
En este sentido, resalta el trabajo del diseñador Phillip Starck, quien en el hotel Le Meurice de París, el favorito del maestro y cuyo restaurante se ha rebautizado como "Le Dalí", ha colocado algunas de estas piezas con "talento" mezcladas con mueble actual. Dalí llegó a poner "pleitos internacionales" por la copia de algunos de sus diseños, en especial, el de los "labios", apunta Tusquets. Sin embargo, "¡los otros muebles son tan difíciles de realizar! Son esculturas que hay que fundir en bronce y patinar", un trabajo tan intenso que "se quitan las ganas" de copiarlas. Según explica el arquitecto, está pensando en "recuperar" alguna otra idea sobre diseño de interiores que pueda "materializarse", reflejada en "collages, dibujos o cuadros" de Dalí.
Griferías, manubrios, tiradores, estampados además de muebles de jardín forman parte de los diseños de Dalí, que incluso registró la patente para el diseño de un banco como asiento exterior. Una actitud que se contrapone a una de las frases que el genio catalán dejó escrita: "La mejor característica de una silla es que sea incómoda", en un alarde de esnobismo propio a su carácter. El autor de "Dalí y otros amigos" rememora el día que se conocieron y le recuerda como la persona "más interesante y más divertida que he conocido en mi vida"