Su novela suma las 1.000 y una noches, guiño a la famosa recopilación de cuentos orientales, y trata de la lucha entre la fe y la razón, la filosofía y la templanza frente al fanatismo, y en ella también narra la no siempre amable realidad, con cuentos, fábulas y una visión optimista.
"Hay mucho pesimismo alrededor. Hay demasiados escritores escribiendo libros en los que todo es terrible", asegura a Antena 3 Noticias el escritor británico de origen indio, que se convirtió en un símbolo dela libertad de expresión tras su persecución por los extremistas musulmanes alentados desde Irán por el Ayatollah Jomeini.
Rushdie ve con preocupación cómo esos extremistas islámicos destruyen el patrimonio cultural, como las ruinas de Palmira, en Siria, y asegura que "a los fanáticos no les ha gustado nunca la cultura". "El fenómeno del fanatismo está ahora mucho más extendido (que en 1988 cuando escribió sus "versos"). Algo que antes era una amenaza para mí, ahora es, básicamente, una amenaza para todos", señala.
Pero Rushdie aboga por no temer a los fanáticos "porque no podríamos seguir ejerciendo el arte. Hay que ejercer y seguir escribiendo o pintando. Hay que combatir la amenaza con la libertad de expresión", precisa el escritor cuyo nombre enseguida se recordó tras el ataque a Charlie Hebdo, en París a principios de 2015. "Creo que el asunto de la libertad de expresión es una cuestión de sí o no. Si crees en ella, dirás...sí, creo. Si dices...'si pero' es que no crees", asegura rotundo.
"El sueño de la razón produce monstruos", una cita de un grabado de Goya, está en el comienzo de su novela. Quizás por eso, el aspirante a premio Nobel de literatura se empeñe en no abandonar la visión racionalista, a pesar de haber escrito un libro de fábulas.