El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife pone el punto y final oficial con el Entierro de la Sardina, un acto irreverente, desenfadado y lleno de picardía en el que miles de desconsoladas viudas se han despedido de Don Carnal. No han faltado los desmayos, las plañideras e incluso la muerte.
Una singular cabalgata en la que, como ha ocurrido en 40 años de existencia, hay muchas risas entre lágrimas falsas. Un acto que anuncia el comienzo de la Cuaresma