Termina la edición 2020 del Festival de Cine de Málaga. Ya solo el hecho de que se haya podido celebrar se considera un éxito del cine español y una llamada de atención de su pujanza, pese a las difíciles circunstancias que afectan al sector por el coronavirus.
Parecía imposible hace pocas semanas celebrar en las actuales circunstancias uno de los mayores festivales festivales de España, tras su aplazamiento en marzo por el coronavirus, pero unos estrictos protocolos de seguridad sanitaria han permitido cumplir el objetivo marcado por sus responsables, demostrar que el cine es un lugar seguro.
Ha sido una gala también influida por la situación, sin los besos y abrazos de otros años, y con mascarillas sobre el rostro de todos los intervinientes, que solo se las quitaban para dirigirse el público.
Las Biznagas no han sido entregadas como cada año en mano, sino que eran recogidas por cada uno de los premiados tras ser colocadas en un atril que era desinfectado después de cada intervención.
A Nathalie Poza, mejor actriz de reparto por 'La Boda de Rosa' de Icíar Bollaín, por primera vez, nadie le entregó el premió, ni a ella, ni a Alberto Ammann, mejor actor por 'El Silencio del Cazador' , ni a Kitu Mánver, mejor actriz por 'El Inconveniente'. No hubo besos, no hubo abrazos, hubo cine.
Esta edición fue la de las primeras veces, sin foto de familia, pero con algo mejor, la prueba superada y la fecha de la próxima edición, el 4 de junio, ya en el calendario.