Novela histórica
"Sonó un violín en París", la ultima novela histórica de María Reig
Sonó un violín en París está ambientada en la Belle Époque, la era de esplendor cultural y artístico de finales del s. XIX y los primeros años del siglo XX. Un periodo caracterizado por el auge en las artes, la arquitectura, la música y la ciencia, sobre todo en París, considerado el epicentro cultural y artístico del mundo atrayendo a artistas, escritores, músicos e intelectuales de todo el mundo.
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Sonó un violín en París es una novela histórica que nos traslada a la Europa de
la Belle Époque en la que ficción e historia van de la mano. Con París como
punto de partida y de destino final, disfrutaremos de una deliciosa travesía por
las grandes ciudades europeas, asistiendo a las tensiones sociales y artísticas
que definen el cambio de siglo.
Jacobo Figueroa, un arquitecto afligido por la muerte de su esposa, y Clara
Balaguer, una violinista que lucha por su libertad artística, son los protagonistas
de esta historia. Este protagonismo es compartido con el promotor del viaje
Guillermo Bogarín, un escritor en horas bajas de inspiración que se ha volcado
en la coordinación de este viaje grupal con el objetivo de unir a intelectuales y
artistas con nuevas ideas. Aunque pronto se verá superado por los conflictos
internos del grupo y los desafíos inesperados de esta aventura.
El viaje no solo se convierte en una aventura física, sino en un viaje emocional y
psicológico para cada uno de los personajes. Temas como la pérdida, el
redescubrimiento y la lucha por la libertad son recurrentes a lo largo de la
novela. La novela es un viaje no solo por Europa sino también por el interior de
cada uno de los personajes, creando una narrativa rica en detalles históricos y
emocionales.
A lo largo de su viaje, María Reig recrea con maestría el esplendor cultural de la
época, mientras los personajes descubren que el arte, el amor y la ambición
personal tienen un precio alto que pagar en un mundo que se enfrenta a los
grandes cambios de la modernidad.
Todo ello acompañado por una pieza musical de los grandes músicos de la
época que encabeza cada capítulo.
María Reig nos muestra en esta novela histórica los inicios del turismo tal y
como lo conocemos hoy. Aunque se trataba de algo muy exclusivo para gente
adinerada.
La generalización del ferrocarril, el desarrollo de la industria turística y el
aumento del poder adquisitivo de una parte de la población, había alumbrado el
concepto de vacaciones para todo aquel que pudiera costearlo y ausentarse
unas semanas de su lugar de trabajo. En este final de siglo XIX, se había vuelto
habitual ir a tomar las aguas, retirarse a preciosos reductos montañosos o
lanzarse a explorar Europa, herencia de los jóvenes aristócratas que habían
realizado el Grand Tour desde el siglo XVIII como parte de su formación
intelectual.
No había duda de que Europa deseaba ser visitada por esos pocos afortunados
que tenían la opción. En el proceso, habían proliferado guías, hoteles,
restaurantes, balnearios y agencias de viajes, siendo pionera la fundada por
don Thomas Cook en 1851. Aunque en sus inicios se había hecho famosa por la
organización de viajes multitudinarios, la agencia Thomas Cook & Son llevaba
un tiempo dirigiéndose a clientes selectos. El señor Bogarín opta por contratar
sus servicios una vez confirma la lista de viajeros y la ruta definitiva, y previo
pago de una reserva a cuenta del literato, proceden a comprar todos los billetes
de tren y a realizar todas las reservas de alojamientos. Un funcionamiento muy
similar al de hoy en día.
Este viaje en ferrocarril por la Europa de la Belle Epoque nos lleva directamente
a nuestro actual Interrrail europeo. Con muchos matices diferenciales, pero sin
duda constituye un precursor de lo que conocemos hoy como el turismo
organizado.
Un viaje concebido no solo como turismo, sino como una gran vivencia
existencial que hay que hacer al menos, una vez en la vida. Un gran viaje del
que regresarán siendo diferentes, o siendo ellos mismos, solo que antes no lo
sabían.
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