En 1942 Bing Crosby cantaba a Marjorie Reynolds esta canción. Era una escena de la película "Holiday Inn". El propio Crosby la había cantado antes en su programa de radio de la NBC, pero el gran público la escuchaba por primera vez en el cine. La había compuesto Irving Berlin un par de años antes, y le valió un Oscar en 1943. El propio Crosby supo que tenía entre manos un gran tema:
"Mi madre me contó que a mi padre le llegaron muchas canciones a lo largo de ese año, y cuando escuchó White Christmas dijo: esta va a ser" recuerda su hija.
Son sólo dos estrofas, bastante simples. Hablan de las navidades blancas, los días felices, las postales de felicitación y los árboles nevados. Una sencilla fórmula que cientos de cantantes han repetido en estos 70 años.
Es la increíble fascinación de un tema que ha entrado en el libro de los récords. Ha vendido 70 millones de ejemplares, gracias en parte a estas versiones que sistemáticamente suenan en cada emisora, en cada tienda, en cada ascensor cuando llega la navidad que nieve o no, es ya blanca.