Récord Guiness

Adam Sandel realiza 77 dominadas en un minuto y consigue otro récord Guinness

Con este logro el estadounidense suma ya su cuarto récord mundial desde 2015. ¿Su truco? "Sube de una forma súper explosiva y baja súper explosivo".

Adam Sandel es un apasionado del crossfit que se ha vuelto a superar una vez más. Esta vez ha realizado 77 dominadas en un minuto, por lo que ha hecho más de una por segundo, algo realmente increíble. Pero más sorprendente es que este récord se trata del cuarto que consigue el estadounidense desde 2015, ya que cada vez se pone más a prueba.

"Las dominadas hay que trabajarlas de forma parcial y de forma completa para no fatigarse después de tantas repeticiones"
Alejandro Soler

Para realizar este desafío la preparación de los deportistas es fundamental. Alejandro Soler, deportista español que tiene actualmente 71 Récord Guinness, reconoce que lo que ha conseguido Adam "es una burrada". Además, nos cuenta cómo lo hace el estadounidense técnicamente: "Sube de una forma súper explosiva y baja súper explosivo. Necesita tener esa rapidez porque son muchas dominadas en muy poco tiempo", explica Soler.

"Las dominadas hay que trabajarlas de forma parcial y de forma completa para no fatigarse después de tantas repeticiones", comenta el deportista español. Así pues, para conseguir un récord Guinness hay que cumplir todas las normas: los brazos deben estar extendidos y la barbilla tiene que llegar a la barra, no puede sobrepasarla.

Todos quieren más de un Récord Guinness

Una vez se consigue entrar en este libro, la motivación es mayor para seguir ampliando el palmarés de uno mismo. Este caso es tanto el de Adam, que ya tiene cuatro, como el de Alejandro Soler, que tiene 71 y quiere llegar hasta los 100. De hecho, el español ya es conocido como "el hombre Guinness de la Marina (Alicante)".

Este ilicitano experto en calistenia y atleta de crossfit también ha batido récords de película: 26 dominadas colgado de la pata de un helicóptero o realizar 1036 repeticiones durante 24 horas.

Al final, tanto Adam como Alejandro tienen una misma misión: inspirar a otros atletas a seguir empujando límites.