Motor
Albert Costa, de una estafa que pudo terminar con su carrera a campeón en Le Mans
El piloto español se reinventó para poder seguir compitiendo y su recompensa ha llegado en las 24 horas de Le Mans.
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Una estafa lo dejó sin nada, vio como su sueño de llegar a correr algún día en la Fórmula 1 se esfumaba de un plumazo. Fue estafado por una persona que desapareció y lo dejó sin opciones de competir en ninguna categoría: "Me prometió que él me conseguiría todo y el día que estamos en el aeropuerto desaparece del mapa, me estafó", recuerda Albert Costa.
Fue estafado por una persona que luego desapareció
Tras haber ganado todo en categorías inferiores, a sus 21 años, sin coche y sin recursos, todo apuntaba a que su carrera se había terminado bruscamente en 2012.
"Me prometió que él me conseguiría todo y el día que estamos en el aeropuerto desaparece del mapa, me estafó"
Sin embargo, la joven promesa del motor en España optó por reinventarse. Dejó a un lado su sueño de participar en la F1 y se dedicó por completo a los turismos. Se hizo con el título de la Eurocup Mégane Trophy en 2012, pero fue un espejismo porque desde entonces no volvió a competir hasta cuatro años más tarde. Volvía a competir en GT3, donde volvería a destacar y eso le sirvió para que Lamborghini se fijase en él.
Tras años en el dique seco, llegaba esa gran oportunidad con la que tantas veces había soñado, su nuevo equipo le daba la oportunidad de poder correr en las grandes competiciones internacionales como las 24 horas de Daytona o las de Le Mans.
"Íbamos novenos y pasamos a ser segundos. Miré a mi equipo y dije esto tiene que ser la suerte del campeón"||| Albert Costa
Pero un nuevo giro en su carrera hizo que su debut en las 24 horas de Le Mans no fuese con el equipo que pensaba. No fue presentado entre los pilotos del equipo que Lamborghini llevaría a la competición y tomo una decisión radical, correr con un equipo inferior.
Y así fue, sin ser favoritos y con multitud de contratiempos como el atropello de uno de los otros pilotos, Fabio Scherer, se vio campeón: "Íbamos novenos y pasamos a ser segundos. Miré a mi equipo y dije esto tiene que ser la suerte del campeón", reconoce Albert.
Un golpe de suerte que le sirvió para coronarse en una de las competiciones más importantes del mundo después de toda una carrera luchando por cumplir sus sueños.
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