Así es como Javier García Pajares ha completado el Camino de Santiago a pesar de la sordoceguera

El Camino de Santiago se ha convertido en el camino de los sentidos. A Javier García Pajares le faltan dos, pero su sordoceguera nunca ha sido un problema. Siempre ha conseguido todo lo que se ha propuesto Siendo adolescente le empezaron a fallar la vista y el oído y fue en el deporte donde encontró el mejor aliado para superar sus propios límites. Los 800 kilómetros pedaleando que ha recorrido en el Camino de Santiago nos recuerdan que la vida es maravillosa.

Hay muchas maneras de hacer el Camino de Santiago, pero como la de Javier muy pocas. "Había gente muy impresionada porque decían 'Hala, él es ciego y lo está haciendo'. Y después les decíamos que no, que soy sordociego y se impresionaban todavía más", explica.

Así ha completado el Camino de Santiago

Este camino lo es todavía más: "Las personas se lanzaban y preguntaban y les explicábamos que pueden comunicarse conmigo escribiendo letras mayúsculas sobre la palma de la mano".

Una duda que este tándem también se planteó pero llegaron a una solución: "Él va delante y yo detrás. Comunicarnos a través del tacto parece, en principio imposible". Para hacerlo cuentan con un artilugio que va en el manillar. Para que funcione, Javier lleva unos sensores en los dedos y en función de la extremidad que mueva transmite un mensaje u otro.

Aunque parezca inigualable no es el único reto que ha conseguido y el más difícil de todos ha sido aceptar su sordoceguera. "Yo adquirí mi discapacidad cuando era apenas era un adolescente. Al principio me costó aceptarlo. Cuando empecé a escalar, comenzó esa chispa", admite.

Ahora, le queda la mayor aventura de todas: va a ser padre.

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