Es el salto al vacío más alto de España. A 122 metros de altura, desde una presa, el cuerpo se llega a poner a 100 kilómetros por hora. Un subidón de adrenalina brutal el que nos encontramos en una presa de Lleida. Verlo corta la respiración; imaginen vivir esos segundos de caída en un lugar inspirado en un salto, ni más ni menos, que de James Bond.
Un grito de terror para a una caída digna de una película de James Bond. Su mítico salto en la presa del valle de Verzasca, en Suiza, es lugar de peregrinaje para fánaticos de la saga y para los que quieren emociones fuertes saltando a un vacío de 220 metros de altura, el más profundo de Europa.
Pero no hay que irse tan lejos para probar el 'bengee' en España. En el embalse de Llosa del Cavall, en Lleida, existe un lugar para valientes con un salto de 122 metros de altura. Así nos lo explica Eduard Terricabras: "El cerebro te dice que no lo hagas".
Solo le superan dos presas
Pero es lógico que en su plataforma se pasen momentos de angustia. Esta plataforma en el pre-Pirineo catalán ocupa un alto lugar el ránking de sitios donde gusta pasarlo mal. Y es que desde una presa solo se salta en otros dos sitios en todo el mundo: la mencionada antes de Suiza y una de Rumanía a 160 metros de altura.
Cuando la goma llega a su tope, cerca del desagüe de la presa, de nuevo el impulso te lleva hacia arriba, donde las sensaciones tras el salto han cambiado: "Ahí todo el mundo está muy feliz".
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