Un segundo cuarto impoluto dio al Unicaja de Málaga el billete para la Copa del Rey de Las Palmas contra un irregular Barcelona Lassa (73-76), que sólo dio la cara en los últimos diez minutos, cuando a punto estuvo de dar la vuelta a un partido que llegó a perder de 23 puntos. El equipo azulgrana volvió a subirse a su particular montaña rusa.
En esta ocasión, a la poca intensidad defensiva se sumó la poca efectividad desde la línea de 6,75 metros, especialmente en el primer tiempo. Su rival tuvo suficiente con un segundo cuarto perfecto (20-32), en el que sobresalieron Carlos Suárez (14 puntos y 24 de valoración) y Nemanja Nedovic (10 puntos), los jugadores más decisivos del partido junto a Giorgi Shermadini (11 puntos, 9 rebotes y 20 de valoración).
El primer periodo condicionó el partido. Al Barcelona no le entró nada. Y eso que gozó de buenas opciones de tiro desde el perímetro, pero el aro escupió continuamente los lanzamientos de tres puntos. El primer triple azulgrana llegó al noveno intento. Lo anotó Petteri Koponen para poner tierra de por medio al parcial de 4-13 que había encadenado el Unicaja en los primeros ocho minutos.
El conjunto malagueño no sacó rédito en el primer cuarto al nulo acierto azulgrana. Solo Alberto Díaz, muy sólido en defensa, y Shermadini conseguían castigar a su rival en un primer tiempo loco en ataque y pobre en baloncesto.
Todo el juego que faltó en los primeros diez minutos apareció en el segundo cuarto, cuando el Unicaja brilló en ataque, al mismo tiempo que el Barcelona se empequeñecía en defensa. En éstas, Carlos Suárez agrietó al Barcelona abriendo el campo y encontrando opciones claras desde la línea de 6,75 metros de cañoneros como Nedovic o Díez.
El Barcelona, con su peor versión defensiva, veía cómo el equipo andaluz abría un hueco importante en el minuto 15, tras culminar un parcial de 5-15 (12-29). Ni pidiendo tiempo muerto pudo Sito Alonso frenar la sangría ocasionada por el juego de los visitantes. Sus jugadores perdían balones incomprensibles y el Unicaja no fallaba, ya fuera con los triples de Nedovic o los 2+1 de Díez, además de un recuperado Brooks.
De esta manera, el Barcelona afrontaba el segundo tiempo con una desventaja de 19 puntos (27-46) y muchos deberes por hacer, si quería evitar una nueva victoria ante el conjunto malagueño, que ya conquistó hace unas semanas el Palau Blaugrana en partido de la Euroliga. El tercer acto empezó de la mejor manera para los locales. Dos triples consecutivos de Hanga y Navarro dejaban al Barcelona cerca de la barrera psicológica de los diez puntos (33-46).
A pesar de la presión avanzada que propuso Sito Alonso, la reacción de sus jugadores no llegó a confirmarse y el Unicaja, con un atento Carlos Suárez en el perímetro y un agigantado Shermadini en la pintura, completó un parcial de 0-8 y cerró el tercer acto con con una ventaja casi definitiva de 21 puntos (42-63).
Con el partido casi sentenciado, parecía que solo faltaba por saber si el Unicaja hurgaría en la herida azulgrana, pero el conjunto andaluz dio el partido por ganado y su rival no bajó los brazos. Los locales, sin presión, completaron un parcial de 31-13 en los últimos diez minutos liderados por la garra en la pintura de Pierre Oriola (17 puntos) y un acertado Phil Pressey (13 puntos) desde el perímetro.
El base estadounidense tuvo en sus manos la prórroga a falta de cuatro segundos, pero su triple salió escupido y confirmó la derrota azulgrana. Reaparecieron las dudas en el Palau Blaugrana antes de iniciarse una semana en la que el Barça jugará dos partidos de Euroliga claves en sus aspiraciones para acabar la fase regular entre los ocho primeros.