El Real Madrid logró mantener el liderato y su condición de invicto gracias a su reacción final en un vibrante partido que el Unicaja le puso muy cuesta arriba y que logró salvar, liderado por el argentino Facundo Campazzo, con un parcial de 12-1 en los últimos dos minutos y medio (89-82).
La aplastante superioridad de Walter Tavares en el primer cuarto y la efectividad de Jaycee Carroll en el segundo parecieron decantar el choque para los locales al descanso, pero el conjunto malagueño reaccionó en una gran segunda mitad y sólo su hundimiento final evitó un triunfo que se le resiste desde hace ya una década.
La lucha bajo aros de Walter Tavares y Giorgi Shermadini protagonizó los primeros ataques de un choque equilibrado en el que, de inicio, las defensas se imponían a los ataques hasta que Kyle Wiltjer enseñó su muñeca y, con dos triples consecutivos, dio las primeras ventajas a los suyos (4-11, min 4).
No tardó la reacción blanca de la mano de un gigante Tavares, que se encargó de dar la vuelta al marcador y, de paso, desesperar a los pívots del Unicaja. La envergadura del caboverdiano ahogaba las acometidas rivales y sus ocho puntos, seis rebotes y dos tapones permitieron encadenar un parcial de 17-2 que decantó para los locales un primer cuarto de dominio blanco (21-15).
Aprovechando el descanso de Tavares al inicio del segundo acto, el Unicaja se volvió a meter en el partido y se recompuso gracias al acierto desde el perímetro de Adam Waczynski y Carlos Suárez, que dieron la vuelta al marcador tras muchos minutos por debajo.
Apareció entonces Jaycee Carroll para, con diez puntos cuando más dudas asaltaban a su equipo, tomar el mando del partido y volver a abrir brecha, apagando las esperanzas de un intermitente conjunto andaluz que llegó ir quince abajo y se fue a los vestuarios entre dudas y perdiendo por 48-36.
El Unicaja metió una marcha más tras el descanso. Su notable mejoría en defensa y los puntos y la garra de Milosavljevic y Shermadini le fueron enganchando paulatinamente al encuentro y le hicieron creer en sus posibilidades. Enfrente, a los hombres de Pablo Laso se le iban fundiendo los plomos con el paso de los minutos.
Nadie veía aro, lo que aprovechó el finlandés Sasu Salin para, con dos certeros triples, confirmar la recuperación de los visitantes, que con un 0-14 en tres minutos se pusieron por delante coincidiendo con el fin del tercer periodo (62-64). Tras endosarle al vigente campeón un 14-28 en diez minutos de gran baloncesto, empezaba un nuevo partido en el WiZink Center.
Los empates se sucedían tras cada ataque y al ecuador del cuarto definitivo se llegó con la incertidumbre en el marcador. Felipe Reyes mantenía al Real Madrid con canastas providenciales, pero el estadounidense Brian Roberts, con 7 puntos -triple incluido-, obligó a Pablo Laso a parar el partido a 2:30 del final para intentar evitar que no se le escapase la victoria (77-81).
De nuevo Tavares, con cuatro puntos desde el tiro libre, varios rebotes y un espectacular tapón sobre Lessort, empató a un minuto y medio del final. Campazzo, brillante cuando su equipo más lo necesitaba, anotó un inverosimil 2+1 y en la siguiente jugada un triple de un hasta entonces apagado Sergio Llull rubricó un triunfo que pudo llevarse cualquiera y que mantiene al Real Madrid como líder invicto tras la disputa de las tres primeras jornadas.