La clasificación de España para China ya estaba decidida desde hace varias jornadas, pero hoy se jugaba ante Turquía ese primer puesto del grupo y lo consiguió con mucha más facilidad de la prevista y teniendo en su trabajo defensivo el principal arma para derrotar a los turcos.
Desde el inicio del choque el control del partido fue del grupo que dirige Sergio Scariolo con un buen trabajo de Saiz y Llovet sobre los interiores de Turquía.
En ataque, Brizuela y Abalde se encargaban de culminar el juego iniciado por Colom. Ya en el minuto siete España empezó a tomar pequeñas ventajas en el marcador 15-9, y 25-16 en el último instante del primer cuarto.
En el segundo cuarto el combinado español sacó su fortaleza defensiva y empezó a dominar el rebote en las dos canastas lo que le llevó a aumentar la distancia hasta los diez puntos.
Pese a todo, los turcos subieron un punto su trabajo defensivo y empezó a dificultar el ataque de los locales que, pese a seguir mandando en el electrónico, destacó más bien el juego individual al colectivo. Sami Erden, pívot del equipo turco, se estaba convirtiendo en la principal amenaza visitante, un jugador que casi siempre sacaba algo positivo de los balones que recibía.
Al descanso se llegó con un 47-36 para España y aunque las distancias no eran claras, se veía a España que controlaba el partido cuando quiso. El principal problema estaba en que el segundo base español, Rodrigo San Miguel, solo pudo jugar algo menos de dos minutos, al recibir un golpe en su hombro, con lo que Scariolo tuvo que utilizar durante muchos minutos a Brizuela en el puesto de base.
El tercer cuarto ya fue determinante en el desarrollo del choque. Aunque los dos equipos estuvieron cerca de tres minutos sin anotar, España lideraría de nuevo este cuarto ante un rival que sin Erden en cancha carecía de potencia ofensiva.
Lo intentaron desde fuera y no lograron anotar con claridad y España aumentaba su distancia hasta llegar a un claro 59-40 a falta de un minuto para terminar el tercer cuarto.
El último cuarto casi que sobró, ya que los turcos bajaron los brazos y España jugó mucho más cómoda aunque con menos presión defensiva. Los locales disfrutaron de un cuarto mucho más cómodo, pero siempre controlando el marcador ante la posible amenaza del conjunto otomano que nunca llegó.
