El FC Barcelona Lassa ha empezado de la mejor manera su andadura en la Euroliga con un buen triunfo ante el Panathinaikos Superfoods Athens (98-71) de Xavi Pascual en el Palau Blaugrana, que volvió a conectar con su equipo al comprobar que, por lo menos en lo visto hasta ahora, el lavado de cara y de imagen promete compromiso y esfuerzo y, esta noche, también espectáculo ante un rival de peso.
Cuando la dinámica es buena y la entrega de los jugadores la óptima, un equipo puede hundir a un contrario de entidad como es el Panathinaikos y hacer que parezca fácil. Y esto le sucedió a un Barça Lassa que con unos grandes Kevin Seraphin (24 puntos y 9 rebotes) y Adrien Moerman (16 puntos y 11 rebotes), llamados a dominar la pintura, pasó por encima de Calathes y compañía dejando a Pascual sin ideas.
Pese a un parcial inicial de 0-6, el Barça Lassa demostró pronto tener ya algo rodadas las bases que Sito Alonso quiere solidificar. Lucha y entrega máxima en defensa, no dar un rebote por perdido y correr con criterio. Este nuevo Barça ha pasado de deambular a agotar, de verlas pasar a buscar segundas y hasta terceras opciones de tiro. Con rebote, con asistencias, con un juego más rápido y versátil y con amenaza exterior por doquier (8/22 en triples).
Ante el huracán blaugrana, el Panathinaikos sólo pudo aguantarse en el partido hasta el descanso, y ya con apuros. La máxima blaugrana hasta entonces fue de +9 y, tras ir ambos al vestuario, el equipo culé se desató. Un parcial de 11-0 que Pascual sólo pudo cortar con un tiempo muerto obligado llevó al Barça Lassa a un +16 que todavía ampliarían hasta los 27 puntos ya al término del partido.
El Palau Blaugrana se divirtió. Aplaudió y ovacionó, sobretodo a los recién llegados para enseñarles que tomaron el buen camino y que no deben desviarse de él, por lo menos en cuanto a voluntad y esfuerzo en la pista. Habrá días malos y días nefastos, pero este Barça Lassa lucha, como ya ha demostrado también en la Liga Endesa. Y es polivalente, con un 57% en tiros de 2 y 36,4% en triples.
Con hasta cinco jugadores por encima de los 10 puntos, y otros tanto contribuyendo al juego colectivo, el Panathinaikos no encontró el botón de 'stop' del Barça Lassa. Pese a no querer bajar los brazos, acabó sucumbiendo a un equipo catalán que no aflojó. La primera victoria es importante y lograrla como lo hicieron dará alas, y presión, a un equipo que debe resurgir desde las cenizas del pasado 'annus horribilis'.