La buena actitud que mostró un Unicaja de Málaga muy mejorado en el Oaka de Atenas no fue suficiente para ganar a un Panathinaikos que, a pesar de estar tibio durante los tres primeros cuartos, aceleró su juego en el último tramo y acabó superando a los cajistas por 82 a 71.
El Unicaja salió a morder desde el salto inicial y lo demostró con un gran primer cuarto, el cual dominó durante los primeros cuatro minutos hasta que Gist tiró de muñeca y colocó las tablas en el marcador (7-7. Min 4).
Los malagueños aguantaron el tirón y entre Dejan Musli y Nemanja Nedovic remontaron un 15-9 desfavorable, cegaron a los griegos y se quedaron a un punto de los locales al final de un competido primer tramo (16-15).
La buena dinámica de los jugadores de Joan Plaza se hizo extensible durante los siguientes diez minutos que, a pesar de comenzar con el Panathinaikos mandando en el Oaka (26-23 Min 15), terminaron del lado verde gracias a un Dragan Milosavljevic en estado de gracia (7 puntos) y a una última bandeja de Carlos Suárez, que selló el 32-35 con el que se llegó al descanso.
Tras el parón, el conjunto local saltó a la pista con la intención de poner las cosas en su sitio y conservar su condición de invictos como locales. Nick Calathes selló en el minuto 25 un parcial de 10-0 que dejó a los andaluces a remolque hasta que, a escasos dos minutos del término del tercer cuarto, sendos triples de Milosavljevic y Suárez volvieron a darle el mando en el marcador (50-51), aunque Calathes aguó la fiesta a los de Plaza y colocó las tablas a 54-54 para abrir el último tramo del partido.
Los de Atenas se hicieron poco a poco reyes de su cancha y a los cajistas se les hizo de noche (71-62 Min 36). El Panathinaikos metió una marcha más al partido y la combustión final le sirvió para ponerse muy por delante de los de Málaga que, a falta de un minuto, estuvieron diez puntos por debajo tras una canasta de K.C. Rivers (79-69) que encarriló el triunfo heleno ante un rival que dio la cara y mejoró la imagen mostrada en los últimos partidos.