El Real Madrid encadenó su segunda derrota consecutiva en la Euroliga en su visita al Maccabi y se dejó el liderato en Tel Aviv en un intenso partido en el que tuvo opciones hasta el final pero acabó cediendo víctima de la superioridad de su rival en el rebote (90-83).
Conscientes de lo mermado que llegaba el juego interior madridista por las lesiones, los macabeos supieron aprovechar su superioridad bajo los aros y, gracias a sus 46 capturas frente a las 28 del equipo blanco, se llevaron su cuarto triunfo en la fase regular.
No obstante, desde el salto inicial el conjunto español salió a por todas y, gracias a su acierto desde el perímetro, tomó las primeras ventajas en el marcador, a pesar de que los macabeos dominaban el rebote ofensivo y gozaban de segundas y terceras oportunidades ante el aro.
Rudy Fernández anotó el tercer triple de su equipo y obligó a Neven Spahija a parar el juego en el ecuador del primer cuarto para cortar la buena racha de su rival y ordenar ideas en sus jugadores (9-17, min 5).
Deshaun Thomas, con ocho puntos seguidos sin fallo, mantenía a los israelíes en el partido, aunque los hombres de Pablo Laso seguían produciendo en ataque y completaron un gran primer acto en el que siempre estuvieron por delante (22-30, min 10).
Su seriedad defensiva y su buen criterio en la selección de tiro le mantuvo por delante en los primeros minutos de la reanudación, aunque poco a poco el mayor acierto macabeo y sus primeros triples de la noche les pusieron a tiro de su rival (32-34, min 13).
El panorama cambió por completo gracias a la mayor agresividad local, que generó demasiadas dudas en un Real Madrid que se desconectó del partido, estuvo muchos minutos negado ante el aro -falló sus siete intentos desde la línea de 6,75 en el segundo acto-, y que se vino abajo ante la avalancha de juego y puntos de su oponente.
Michael Roll, con cinco puntos seguidos, culminó la remontada y selló un parcial de 21-8 que puso, tras dieciséis minutos de juego, por primera vez por delante a los suyos.
El Maccabi logró desactivar el ataque blanco y, gracias a su mejoría en ambas zonas, llegó al descanso cinco arriba (47-42, min 20).
El paso por vestuarios vino bien al equipo español, que logró frenar la sangría de puntos en su aro y puso algo más de orden en sus ataques gracias a los diez puntos anotados por Felipe Reyes en los cinco primeros minutos del tercer acto, insuficientes aún para dar la vuelta al partido.
La polivalencia de Anthony Randolph y la buena dirección de Facundo Campazzo devolvieron, muchos minutos después, el mando del partido a un Real Madrid que volvió a ofrecer un buen rendimiento colectivo y terminó el tercer cuarto con buenas sensaciones y un esperanzador 64-66.
Deshaun Thomas seguía haciendo mucho daño en ataque y un parcial en contra de 10-3 volvió a poner contra las cuerdas a un Real Madrid que seguía fallando demasiados triples y que tomó aire tras una jugada en la que, una falta a Doncic en el perímetro acompañada de una técnica a Spahija, se tradujo en siete puntos del esloveno, que volvió a empatar el choque.
A partir de ahí, el Maccabi supo gestionar mejor sus ataques y, apoyado por su público, logró culminar una triunfo que no se decidió hasta los instantes finales del choque.