Con la NBA parada desde hace más de dos meses por el coronavirus, el documental 'The Last Dance', que narra la carrera deportiva de Michael Jordan y sus seis anillos con los Bulls, se ha convertido en el tema central de conversación entre todos los amantes del baloncesto.
Muchas son las anécdotas que se han ido descubriendo sobre Jordan y, algunas veces, ha quedado al descubierto el insaciable hambre de superación y victoria de 'Air', que le llevó en determinadas ocasiones a exprimir al límite a sus compañeros.
La mayoría de las veces funcionó pero en ocasiones, como ocurrió cuando Robert Parish llegó en 1996 a Chicago, la cosa no resultó como le hubiera gustado a Michael Jordan.
Y es que Parish llegó a los Bulls con tres anillos bajo el brazo y nueve participaciones en el ‘All Star’. Es decir, no era un novato al que Jordan podía 'domesticar', como él mismo ha revelado intentó el mítico jugador de los Bulls.
"Le dije que yo no estaba enamorado de él como esos otros chicos. Yo también tenía mis anillos", recuerda Parish.
"En un primer momento Jordan me dijo: 'Te voy a patear el culo'. Entonces yo me acerqué un poco más y le contesté: 'No, realmente no lo vas a hacer'. Después de eso no volvió a molestarme", explica Parish.
Y es que al veterano pívot no le gustaron las maneras de líder que demostró Michael Jordan, comparando su forma de ejercer su liderazgo con el que llevaba a cabo Larry Bird.
"Lo que hace diferente a Larry Bird de Magic o Jordan es que él no era el típico líder que te saltaba a la cara. Tenía mucho respeto por sus compañeros y si no tenías una buena noche te animaba o no te decía nada. Por el contrario Magic y Jordan, saltarían sobre ti", explica Robert Parish.