Además de los estrictos números de la estadística, el pívot caboverdiano del Real Madrid sembró el terror entre los otomanos con una intimidación, uno de los llamados intangibles, que dejó sin opción alguna al Anadolu Efes.
Fue un comienzo frío de partido, pero con las ideas claras en el Real Madrid. Había que prestar especial atención en defensa a Zoran Dragic y a Errick McCollum, faceta en la que se cumplió con creces.
La falta de fluidez en el ataque impidió, sin embargo, que el marcador reflejara la superioridad de los locales, que dominaron el rebote con claridad y que dejaron al Anadolu sin captura ofensiva alguna en los primeros diez minutos de juego.
Sin grandes alharacas el Madrid acabó el primer periodo con un 20-14, gracias también al trabajo de Jonas Maciulis, un auténtico espartano jugando de cuatro en defensa. En el Anadolu cundió el desánimo, sobre todo entre los hombres altos, al ver que no había manera de parar a Edy Tavares y que su superioridad iba más allá de los puntos o rebotes que pudiera conseguir.
En el segundo acto, el equipo turco puso más empeño y aparecieron McCollum y todos los secundarios que se fajaron en defensa para frenar a un Real Madrid en el que nadie sobresalió en ataque, pero en el que todos aportaron.
En el apartado reboteador también mejoraron los visitantes, aunque entre Luka Doncic, Felipe Reyes y Tavares solventaron la cuestión. Doncic salió antes de lo previsto por dos tempranas personales de Facu Campazzo y al inicio del segundo cuarto tuvo que pedir el cambio por agotamiento, no en vano ha estado varios días en cama aquejado de una amigdalitis y sin entrenar. De ahí su flojera.
Chasson Randle salió en su lugar y volvió a demostrar que, de momento, es un jugador fallido para el equipo. Ni aporta, ni se le ven maneras, ni nada. El Madrid alcanzó la decena de puntos de ventaja (28-18, min.13.20) pero no acabó de romper el partido y tuvo que ser Rudy Fernández el que con un triple de pizarra en la jugada final certificara el 39-30 con el que los equipos se marcharon a los vestuarios.
El reinado de Tavares el Grande alcanzó su esplendor en el inicio del tercer cuarto al seguir sembrando el terror en las filas turcas, que salieron con Brock Motum y Derrick Brown, dos cuatros, de inicio para ver si así podían hacer mella bajo el aro del Real Madrid.
A pesar de esto el marcador siguió sin romperse a favor de los madrileños, 46-40 (min.26), que en ese momento exploraron una zona de acoplamiento. El Madrid dio otro tirón en el marcador con un mate de Tavares, 53-40 (min.28), alargando el parcial hasta un 11-0, 57-40, aunque el Anadolu consiguió agarrarse mínimamente al partido al finalizar el tercer cuarto con 60-47, tras un último minuto de descontrol madridista.
Con la diferencia asentada por encima de la decena de puntos, el Anadolu tampoco hizo ningún esfuerzo de más por intentar nada y con Tavares en el banquillo, el Madrid se fue acercando plácidamente hacia la victoria, 69-51 (min.33).
Doncic demostró que la enfermedad no había minado su capacidad de hacer puntos y de ver baloncesto en otra dimensión y el Madrid firmó su decimotercera victoria por 87-68 que le permite seguir entre los cuatro primeros de la clasificación.