Voleibol
Bozhena Fedyk, la jugadora del club de Voleibol Emevé de Lugo que huyó hace un año de la guerra
Llegó a Lugo hace poco más de un año y se ha convertido en una pieza indispensable de este club deportivo. El conjunto lucense se ha convertido en una segunda familia para la joven.
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Hace poco más de un año que Bozhena Fedyk "aterrizó" en la ciudad de Lugo. No lo hizo sola. Llegó acompañada de su hermana, huyendo de la guerra que había comenzado en su país: Ucrania.
Catorce meses después de ese momento, esta ucraniana de 13 años despunta como una de las mejores jugadoras del club de voleibol Arenal Emevé. Una de sus propias compañeras de vestuario lo confirma. "Es muy buena. Nos vino muy bien para el equipo, la verdad es que la necesitábamos", explica a Antena 3 Noticias Nahir Méndez.
A lo largo de todos estos meses, el conjunto lucense se ha convertido en una segunda familia para la joven: "Desde el primer día intentamos que se sintiese acogida y que estuviese muy bien con nosotras. Creo que lo hemos conseguido", comenta Nahir. "Desde que llegó es como si estuviese de siempre", añade Alba Reija, otra de las jugadoras del club, que destaca los puntos fuertes de la jugadora ucraniana. Todas sus colegas lo tienen claro. "Es muy buena en todo cuando está concentrada, pero el ataque y los saques son lo mejor", apunta Alba
"Sus compañeras la cuidan mucho y ella les proporciona una seguridad. Es un ejemplo a seguir de cómo se trabaja en la vida y cómo uno puede tirar para adelante", comenta Bibi Bouza, presidenta del club. "Ayudan a Bozhena porque ven cómo cada día va mejorando en los entrenamientos, en su relación con ellas y cómo cada día habla mejor el español", dice entre risas Bouza.
De Ucrania a Lugo, huyendo de la guerra
Bozhena, junto a otras tres chicas ucranianas -que se integraron en otras categorías del club-, llegó a Lugo gracias a un acuerdo se fraguó gracias a la intermediación de la representante de jugadoras Ira Andrusenko y la ONG 'Cantabria por Ucrania'.
Ya en Galicia, en un primer momento, el conjunto lucense se encargó de su alojamiento, manutención y escolarización. "Vino al principio sin su madre. Para ella cambió todo cuando su madre y otra hermana se vinieron a vivir a Galicia", rememora Bibi. "Lugo la ha acogido muy bien. Aquí está protegida por el deporte, por su entorno y se está consiguiendo que viva otro tipo de vida".
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