España no es ajena a casos de abusos sexuales a deportistas como los que se han destapado estos días en Francia. Entre los más sonados, el de la gimnasta Gloria Viseras, que denunció abusos del que fuera su entrenador, Jesús Carballo, o el del atleta Antonio Peñalver. Pero son sólo son la punta de un enorme iceberg.
"Naciones Unidas ya tiene un protocolo que dice que uno de cada cinco niños y niñas que práctica deporte sufre abusos", aseguró Mar Mas, miembro de la asociación de las mujeres en el deporte profesional.
El problema es que los menores a menudo ni siquiera son conscientes del abuso. Y si lo son, temen denunciar. Sólo unos pocos lo hacen años después, como Antonio Peñalver.
"A partir de un momento de mi vida, veintitantos años después, te das cuenta de que algo no funcionaba bien", confesó Peñalver. A lo que Gloria Viseras añadió: "El abusador sabe como manipular y preparar el terreno no solo del niño, sino también del entorno".
El decatleta murciano denunció en 2016 que había sufrido abusos sexuales en los años 80 cuando era un niño por parte de Miguel Ángel Millán, condenado a 15 años de cárcel por abusar sexualmente de dos menores de edad a los que entrenaba en Tenerife.
El Consejo Superior de Deportes y varias Federaciones han implementado protocolos contra el abuso. Incluyen medidas preventivas para evitar que los menores se queden a solas con los entrenadores.
"El abuso es un delito y debería pagarse con la cárcel" concluyó Mas.