Ciclismo
La bicicleta es el espacio seguro de Iván García frente a su enfermedad: "En la bici se me pasa todo"
Este joven de la provincia de Pontevedra tiene diagnosticada colitis ulcerosa y estuvo tres años en brote, lo que lo anuló en todas las facetas de su vida.
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A sus 21 años, Iván García vive por y para las bicicletas. Desde los vertiginosos descensos hasta el más desconocido pumptrack, cada giro de rueda es para él una pasión. Este joven de Pazos de Borbén (Pontevedra) se ha coronado campeón de la Copa de Galicia 2024 en esta última disciplina, consolidando su nombre en el mundo del ciclismo. Pero su historia va mucho más allá de los títulos: es la historia de una lucha incansable contra una enfermedad que le quiso frenar, pero nunca logró detenerle.
Un amor sobre dos ruedas
La pasión de Iván por las bicis nació en su infancia, heredada en parte de su padre, un amante también del mundo de las motos. En su casa, cualquier excusa era buena para montar sobre dos ruedas: hasta construyeron rampas con arena sobrante de una obra para practicar saltos. Sin embargo, como ocurre con muchos niños, el fútbol se cruzó en su camino y por un tiempo dejó la bicicleta en un segundo plano. Pero lo suyo con las bicis era y es especial.
Un diagnóstico que lo cambió todo en 2020
En 2020, su vida dio un giro inesperado: le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria que afecta al colon y al recto, creando en ellos úlceras. "Mi padre, que siempre ha sido mi mayor apoyo, lo llevó muy mal", confiesa Iván. La enfermedad golpeó con fuerza: pasó tres años en brote continuo, lo que le afectó física y mentalmente. "Iba una semana al instituto y dos no", recuerda. Además, su sistema inmunológico se debilitó drásticamente. "Antes no, pero ahora una simple gripe me deja tumbado", añade.
El impacto en su cuerpo fue devastador: su peso bajó hasta los 58 kilos, muy por debajo de lo que debería. De hecho, ahora sobrepasa los 70. Se acostumbró a no terminar las carreras, pero nunca a rendirse. "En el pumptrack me da seguridad que casi siempre hay bares cerca", aclara, por lo que las limitaciones son menores en caso de tener algún brote.
La bicicleta como terapia
A día de hoy, Iván ha logrado estabilizar su salud: lleva un año y medio sin brotes y ha recuperado más de 10 kilos. Más allá de la competición, la bici se ha convertido en su mejor medicina, tanto física como mentalmente. Su amor por el pumptrack le ha abierto nuevas oportunidades, siendo contratado para diseñar y remodelar circuitos. "Iba unos días a Santiago a trabajar en ellos y me daba cuenta de que en esos días no tenía brotes e incluso ganaba peso", cuenta.
Pero si hay algo que le motiva aún más que los circuitos, son los niños. Actualmente, Iván entrena a las nuevas generaciones en el Club Ciclista Val do Ulló, en Vilaboa. Verlos mejorar, compartir con ellos su pasión y ayudarles a crecer en el deporte le da una energía que ninguna enfermedad puede arrebatarle.
Porque si algo ha demostrado Iván García es que, aunque la vida ponga obstáculos, siempre hay una forma de sortearlos y, de hecho, él lo hace con su bici, sobre ruedas.
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