Roger Kluge sorprende en la llegada a los sprinters y se hace con la etapa

El ciclista Roger Kluge (IAM Cycling) se ha impuesto este miércoles en la decimoséptima etapa del Giro de Italia, disputada entre Molveno y Cassano d'Adda sobre 196 kilómetros, al sorprender a los sprinters en un final inesperado en el que cogió unos metros de ventaja para dar caza a Pozzato (Wilier-Southeast) y, al girarse, vio incrédulo que pasaba en solitario la línea de meta, con el líder Steven Kruijswijk (LottoNL-Jumbo) entrando sin problemas en el grupo.

Pese al gran trabajo de varios equipos para neutralizar la fuga y jugarse el triunfo al sprint, Kluge fue el más rápido en la meta de Cassano d'Adda, totalmente llana y en un trazado recto y ancho. El gran grupo engulló en el último kilómetro y medio a la fuga de seis que se formó tras una escapada previa desde el inicio de etapa de tres valientes que finalmente no tuvieron premio a su osadía.

Pero la fuga que fue la otra gran protagonista más allá del ganador, al formarse en el kilómetro dos de la etapa, estuvo formada por Daniel Oss (BMC), Pavel Brutt (Tinkoff) y Eugert Zhupa (Wilier-Southeast). A estos tres se les añadieron Maxim Belkov (Katusha), Lars Ytting Bak (Lotto-Soudal) e Ignatas Konovalovas (FDJ) a poco más de 20 kilómetros de la meta.

Estos seis valientes, bien sincronizados y luchando juntos como si de una crono por equipos se tratara, ofrecieron un bonito pulso contra el pelotón. A falta de 12 kilómetros tenían 20 segundos sobre el pelotón y parecía que la fuga iba a acabar pronto, pero aguantaron hasta prácticamente el último kilómetro, no rindiéndose nunca. El último superviviente fue Bak, y ahí lo intentó en solitario Filippo Pozzato del Wilier-Southeast.

Pero el italiano fue neutralizado por el flamante e inesperado ganador de la etapa, el alemán de 30 años Roger Kluge, quien consigue su quinta victoria como profesional. En su intento de evitar una fuga tardía y de que llegara su velocista Heinrich Haussler con opciones de triunfo se vio de repente superando a Pozzato, mirando hacia atrás y viendo que los sprinters estaban lejos. Tanto que entró con las manos en la cabeza, incrédulo, y sin pedalear.

Y es que tanto el IAM Cycling de Kluge, como el Lampre-Mérida o el Trek de un abatido Giacomo Nizzolo tiraron previamente del pelotón hasta ponerlo a fila de uno. Un gran grupo demasiado estirado, dando posibilidad a algún corte que no se produjo por la ausencia de abanicos provocados por viento. Se salvaron y pudieron llegar juntos a meta, pero la alta velocidad para atrapar a la escapada evitó que esta jornada, tras la 'machada' del martes, fuera de reposo y recuperación.

Finalmente el gran trabajo del español Carlos Verona (Etixx-Quick Step) fue quien puso al pelotón a los pies de la fuga, con la que titubearon antes de asestar el golpe definitivo. El equipo del líder Steven Kruijswuijk, el LottoNL-Jumbo, situó al holandés en cabeza para evitar sustos, igual que hizo Movistar con Alejandro Valverde, buscando la opción de Rojas, o Astana con Vincenzo Nibali.

De cara a este jueves, la decimoctava etapa entre Muggiò y Pinerolo sobre 244 kilómetros, la más larga de la ronda, presentará algo más de emoción. Al contrario que este miércoles, la primera parte será llana y no será hasta el kilómetro 140 que el falso llano será cada vez menos llano y más falso, hasta llegar a Rivoli, a 76 kilómetros de meta, cuando realmente entrarán en terreno sinuoso y ascenderán, a 20 de meta, el alto de Pramartino (2ª).

Pramartino, con 4,6 kilómetros y una pendiente media a 10,4% (máxima del 17%), puede ser lugar para ataques entre los hombres de la general. Tras su rápido descenso, complicado hasta volver a Pinerolo, se enfrentarán a falta de 2,5 kilómetros a la empinada calle Principia de Acaja (450 metros al 14% con un pendiente máxima del 20% en pavés y en trazado estrecho. Tras superarla, un descenso empinado y complicado hasta la meta.