Hacer ejercicio

¿Cuál es la clave para tener ganas de hacer ejercicio?: Investigadores descubren el 'interruptor' del deporte

Un estudio revela que cuando el cuerpo se ejercita se activan dos proteínas en el cerebro, controlando el movimiento y aumentando el deseo por continuar.

Foto de archivo de personas haciendo ejercicio

Foto de archivo de personas haciendo ejercicioUnsplash

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¿Por qué cuando paramos una temporada de hacer ejercicio nos cuesta más retomarlo? ¿De que dependen las ganas de hacer deporte? Una investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), publicada en la revista 'Science Advances', ha respondido a esta pregunta.

El estudio ha descubierto que en nuestro cuerpo existe un mecanismo que funciona como si fuese una especie de 'interruptor', aumentándonos el deseo de hacer ejercicio. Cuando hacemos deporte, dos proteínas activan el área del cerebro que controla el movimiento y hacen que estemos más activos.

"El propio músculo regula el interés por el ejercicio a través de una vía de señalización entre músculo y cerebro"

Guadalupe Sabio

La jefa del Grupo de interacción entre órganos en las enfermedades metabólicas del CNIO, Guadalupe Sabio, ha explicado que la investigación ha revelado "cómo el propio músculo regulael interés por el ejercicio a través de una vía de señalización entre músculo y cerebro".

"Sigue haciendo ejercicio"

Esta relación "es una de las que controlan que cuando hacemos ejercicio tengamos ese impulso de hacer todavía más", ha afirmado, recalcando que "su activación controla la producción de otra proteína que se segrega, que va en nuestra sangre y llega a nuestro cerebro". "Realmente lo que le indica a nuestro cerebro es: sigue haciendo ejercicio", ha concluido la jefa del grupo de investigación.

No obstante, el estudio también ha confirmado que las proteínas que produce el músculo con el ejercicio se regulan entre sí. De esta manera, evita que las ganas de continuar practicando deporte acabe perjudicando al organismo.

La investigación

El estudio observó que cuando hacemos una actividad física y los músculos se contraen de forma repetida e intensa, se activan dos proteínas de una misma familia, llamadas p38α y p38γ. El interés por hacer ejercicio aumenta o disminuye dependiendo de cuánto se activa cada una.

Los hallazgos de la investigación se han basado en los datos obtenidos en modelos animales y humanos. Los autores realizaron las pruebas en ratones anulando la expresión de cada una de las proteínas a través de la edición edición genética.

"Cuando quitábamos la alfa (p38α), que era la que frenaba las ganas de hacer ejercicio, los ratones querían correr todo el tiempo, mientras que si le quitabas la gamma (p38γ) dejaban de correr" ha explicado Sabio a el medio 'El Diario'.

Las conclusiones de la publicación expresan que la vía de señalización identificada "juega un papel crucial en la regulación de la actividad física tanto en ratones como en humanos", y "refuerza su importancia clínica", en cuanto a la relación entre hábitos de ejercicio, obesidad y enfermedades metabólicas.

Además, si se confirma que una tercera proteína, la"interleuquina 15 (IL-15), es otro marcador en sangre de las ganas de hacer ejercicio, la relación de estos resultados con la obesidad será un gran paso para el ámbito científico. Esto se debe a que los resultados del caso podrían ayudar a diseñar fármacos que predispongan al ejercicio, o entrenamiento personalizado.

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