La ría gallega de Ferrol fue testigo de sus miradas y sonrisas cómplices. El ferrolano Daniel Cores y la catalana Camila Herrero tenían claro cómo querían que fuese el día más especial de su vida: "Queríamos combinar el casarnos con un deporte naútico. En este caso nuestra afición por el windsurf". Tras casarse en Narón, la pareja cruzó a vela la ría de Ferrol para reunirse con los invitados en la ribera de Neda.
Ni la pandemia ni una ciclogénesis explosiva en ciernes hicieron que cambiaran sus planes: "No hubo ningún momento en el que dijéramos... buah, lo anulamos". Tras el sí quiero ni calesa, ni Rolls-Royce; optaron por su pasión compartida... el windsurf: "Queríamos salir de la iglesia e ir para el agua; nos cambiamos los trajes de novios por los neoprenos".
Espectacular travesía nupcial
Neoprenos de boda, él enfundado en un frac y ella de blanco y con corona nupcial. Los novios encaraban el aviso naranja en la costa como un aliciente para su travesía: "Al principio estábamos muy emocionados con lo de que iba a hacer mucho viento... Y al final terminamos montando las velas más grandes porque llovió y paró el viento".
Finalmente la compenetración y mucho amor sobre su tándem de windsurf les hicieron llegar a buen puerto: "Vamos viento en popa", bromean. Y a toda vela. Enhorabuena, pareja.
El peculiar entrenamiento de Blanca Manchón, campeona del mundo de windsurf, en la piscina de su casa.
