Aventura

Dos luchadores estadounidenses sobreviven tras ser atacados por un oso

Ser expertos en lucha grecorromana sirvió a dos deportistas para salir con vida del ataque de un oso grizzly en las montañas de Wyoming.

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Una historia que ha conmovido Estados Unidos. Salieron vivos delataque de un oso de 300 kilos gracias al deporte y la amistad. Bradley Lowery y Kendel Cummings salieron de caza en Wyoming junto a dos compañeros del equipo universitario de lucha al que pertenecen. De repente, un enorme oso grizzly sorprende a Bradley y se lanza contra él.

"El oso salió corriendo de los árboles. Ni siquiera lo vi hasta que estuvo justo frente a mí, pero escuché el choque. Lo único que pude gritar es: '¡Oso! ¡Oso!'. Sabía que tenía que proteger mi cabeza y luchar por la vida, ya sabes, es de vida o muerte", cuenta Bradley Lowery en un desgarrador relato.

"Es un milagro. Toda esta historia es un milagro", relata Bradley Lowery. El enorme oso grizzly zarandeaba a Lowery y Kendel Cummings no lo dudó y se lanzó en la ayuda de su compañero y amigo.

"Podía haber huido y posiblemente haber perdido a un amigo..."

"No quería perder a mi amigo. Había un gran oso sobre él. Podía haber huido y posiblemente haber perdido a un amigo, o haberlo liberado y salvado", relata Kendel Cummings.

Bradley, que compite a nivel nacional en lucha grecorromana, sabía lo que tenía que hacer: "Me derribó, sabía que tenía que protegerme la cabeza y, simplemente, luchar por mi vida".

Su compañero Kendell Cummings atrajo con su voz al oso para que dejara de cebarse con su amigo, al que rompió un brazo.

"Me tiró al suelo y luego me empujó con la cabeza en el suelo y contra los árboles. Allí me atacó. Inmediatamente, le puse las manos en la boca para que no pudiera ir a por mi cuello", aseguró Cummings a ABC News

Este gran detalle de amistad fue fatal para él. Y es que el oso, un grizzly de unos 300 kilos, la tomó con él. Le destrozó, literalmente, la cara a mordiscos. El acto heroico de Kendell casi acaba con su vida. Con la cara y las manos destrozadas, tuvo que ser evacuado en helicóptero. Por salvar la vida de su amigo, casi pierde la suya.

"Le metí las manos en la boca para defenderme y me arañó y mordió el cuello"

"Tuve que hacer algo, no podía ver a mi amigo destrozado frente a mi. Con la cabeza me tiró al suelo, me atacó en un segundo. Le metí las manos en la boca para defenderme y me arañó y mordió el cuello", recuerda Kendell Cummings.

"Tengo 60 grapas en la cabeza, tengo también varias costuras en la mejilla y el cuello", explica Kendell Cummings.

"Tengo 60 grapas en la cabeza, tengo también varias costuras en la mejilla y el cuello".

Los dos luchadores ya se recuperan en casa de sus heridas. Su universidad ha iniciado una recogida de fondos para poder sufragar el rescate y los enormes gastos médicos.

Mientras, en el Northwest College Trapper, su club de lucha ,están orgullosos de ellos. Saben que la heroica actuación de Kendell, salvando a su amigo de una muerte segura para después sufrir la peor parte, es fruto del espíritu de equipo y de los valores que siempre acompañan a la práctica deportiva.

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