Beatriz Flamini
Las dudas e incógnitas sobre los ocho días que Beatriz Flamini estuvo fuera de la cueva de Granada
La deportista estuvo 500 días bajo tierra, más de dieciséis meses de experimento en los que ha estado acompañada en la distancia de un equipo de psicólogos, espeleólogos y médicos.
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El pasado 14 de abril conocimos la gesta de Beatriz Flamini, esta deportista de élite pasó 500 días en una cueva de Motril a 70 metros de profundidad. Aunque hay algunas preguntas todavía sin respuesta. Uno ellos es el porqué del secretismo con el que Flamini y su equipo han llevado a cabo esta hazaña. Nadie lo sabía hasta hace unos días, ni expertos, ni notarios. Según cuenta su entorno, Beatriz quería ponerse a prueba ella misma, no batir a nadie.
También hay muchos interrogantes sobre cómo comía, cómo se comunicaba, cómo evacuaba los residuos. Según explica su entorno, la cueva fue habilitada por un grupo de espeleólogos, quienes instalaron un sistema de agua potable, luz y un mecanismo para ascender y descender de forma segura. Existía un punto de intercambio en el interior de la cueva donde la deportista entregaba basura, excrementos y recibía la comida.
¿Qué pasó cuando salió?
Otra de las incógnitas que ha surgido es qué pasó con Flamini los ocho días que estuvo fuera de la cueva, viviendo en una tienda de campaña en el exterior. Flamini abandonó la cueva por "motivos de seguridad", un tiempo en el que permaneció aislada y sin comunicación en el exterior en una tienda base.
El fallo, según han explicado, se produjo en el router ubicado en la cueva para permitir a la deportista conectarse a internet a través de un ordenador "capado", sin fecha ni hora ni navegadores a los que acceder, para realizar "únicamente" los test que, a petición de los psicólogos involucrados en el reto, debía completar para posteriores estudios cognitivos.
En la rueda de prensa que dio posteriormente, la deportista no mencionó nada de los ocho días que pasó fuera. Sin embargo, las cámaras de televisión pudieron captar el momento en el que ella hablaba una compañera de su equipo para reflexionar si hablaban del tema. "Si salta... De todas formas lo van a poder ver en el documental", señalaba Flamini a una compañera. Flamini ha querido aclarar esta circunstancia con posterioridad a la rueda de prensa, "extrañada" de que no le preguntaran por ello y convencida de que se conocía.
¿Sabía cuántos días habían pasado?
David de Antonio, preparador físico y amigo de Beatriz, ha asegurado que ella no sabía cuántos días habían pasado. "La sensación bajo tierra explicó, no es que el tiempo pase lento. Es que el tiempo no pasa. Si hubiera tenido que decir algo, ella hubiera creído que llevaba en la cueva entre 160 y 170 días", ha apuntado.
En este sentido, de Antonio ha dicho que la maquinaria que permitió este reto comenzó con la elección de la cueva. "Un equipo de más de 10 personas asesoró sobre cómo acondicionarla y advirtió de la necesidad de un sistema antipánico", ha aseverado.
"El truco está en centrarse en el aquí y el ahora"
Los expertos la asesoraron en cuanto a qué iba a necesitar instalar, como placas solares que le proporcionaran electricidad y que posibilitaran un sistema antipánico. El sistema, al activarse, genera una alarma que saltaría en los teléfonos móviles de todo el equipo.
Después de unas primeras pruebas médicas realizadas al salir de la cueva, esta deportista de élite se someterá ahora a estudios más complejos que permitirán conocer el impacto de sus días de aislamiento bajo tierra en su salud, con un estudio hormonal, pero también de huesos o vitaminas.
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