Han pasado ya casi diez años desde que en noviembre de 2010 Andrea fuera asesinada en Medellín y la jugadora olímpica de rugby Isabel Romero ha recordado la muerte de su amiga.
La deportista, que participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, ha reconocido los duros momentos por los que pasó tras conocer el asesinato de su amiga. Un asesinato del que ella se libró gracias al rugby, tal y como cuenta.
Isabel Romero reconoce que por aquel entonces, tanto ella como su amiga se acercaron peligrosamente al mundo de las pandillas, pero que después de la muerte de Andrea y gracias al rugby consiguió huir del él: "Sin el rugby habría terminado en la cárcel", asegura. Ellas habían quedado para faltar al colegio y asistir a una finca cercana, pero nunca llegaron a hacerlo, tal y como cuenta la jugadora de la selección colombiana de rugby.
Romero fue ese día a jugar al rugby a un campo que habían terminado de construir en el barrio de Castilla, uno de los más peligrosos de Medellín, tras una apuesta con otra amiga que le decía que estaba "gordita" para realizar ese deporte.
Esta apuesta hizo que Isabel retrasara su cita con Andrea y seguramente, le salvó la vida. Al regresar a casa la jugadora de rugby se enteró del fatal suceso: "A mi amiga le habían cortado la cabeza", relata emocionada.
Diez años después, el mundo del rugby, al igual que otros deportes se prepara para su regreso a la competición tras la crisis del coronavirus. Una pandemia que ha sacado el lado más solidario de muchos deportistas, jugadores de rugby que han pasado a ser conductores de ambulancia o campeones olímpicos que han aparcado su deporte para retomar su profesión como médicos.