Trabajar en la Vuelta Ciclista a España conlleva sus riesgos y por eso van los mejores. Hoy ha empezado, en la Academia de la Guardia Civil de Tráfico en Mérida, la selección para la Vuelta 2020. Y es que hay que pasar una oposición dentro del cuerpo. Todos son guardia civiles de Tráfico.
"Es la ilusión que siempre he tenido y por fin este año me han cogido", nos cuenta José Antonio Sánchez, guardia civil y piloto aspirante. Sin embargo, queda lo más difícil: el examen. Porque aquí también pasan un examen teórico y otro práctico.
"No hay que ser Dani Pedrosa"
"Muchos de los que estamos aquí hemos practicado ciclismo de montaña o de carretera", reconoce el aspirante Jorge Cabrera. Eso sí, donde hay que bordarlo es sobre la moto: "No es cuestión de ser Dani Pedrosa", bromean los aspirantes. "No se prima la velocidad, sino la seguridad", nos cuenta Jairo Torres, comandante Jefe UMSV de la Guardia CIvil.
Por eso hay que hilar muy fino en círculos, evasión de obstáculos, cambio de sentido... todo, sobre un 'monstruo' de 275 kilos. Además, hay que tener en cuenta la distancia de seguridad: "Deben estar a un mínimo de 150-200 metros de los ciclistas", dice Jairo. Todo, por dos motivos: que pueda ser alcanzado y molestar a los ciclistas o bien que se puedan beneficiar de que el motorista les corte el viento.