Lo ocurrido en una carrera de caballos en Auckland, Nueva Zelanda, es difícil de explicar. Y es que un hombre decidió saltar a la pista justo en el momento en el que 18 jinetes galopaban por la victoria.
La secuencia pone los pelos de punta y supone un auténtico milagro que nadie resultara herido. Los caballos pasaron a centímetros del espontáneo, que ha sido detenido por esta tremenda imprudencia en la que puso en riesgo su vida y la de 18 jinetes.
Y es que tuvo mucha suerte de salir ileso, teniendo en cuenta que cada caballo pesa más de 500 kilos y va a una velocidad de unos 70 kilómetros por hora.
Esta acción recuerda a la Emily Davison, una famosa activista que pagó con su vida una protesta por los derechos de la mujer en el Derby de 1913. Fue arrollada por el caballo del rey Jorge V, Anmer, en el Derby de Epsom el 4 de junio.
El espontáneo de la Copa Wellington ha tenido más suerte, pero ya ha sido detenido y deberá dar explicaciones a su inexplicable acción.