El Fútbol Club Barcelona, con gran protagonismo para los más jóvenes, debutó esta pretemporada con una victoria en la tanda de penaltis sobre el Tottenham inglés en un partido en el que debutaron Arthur -que dejó un golazo-, Lenglet y Malcom, autor del tanto que selló la victoria desde los 11 metros.
Fue un solvente estreno para los blaugranas, que fueron de más a menos, ante un contrincante que venía de superar por 4-1 al Roma en el torneo amistoso conocido como Copa Internacional de Campeones.
El dominio del Barça en la primera parte fue total. Si bien fue Lucas Moura quien con sus regates y filigranas arrancó de inicio los aplausos del público, los de Ernesto Valverde se metieron a los espectadores en el bolsillo con Sergi Roberto como brújula, capaz de controlar el juego y suministrar de balones a las bandas, donde brillaron Rafinha y el joven Juan Miranda.
Tras las primeras ocasiones de Munir -muy arriba- y Denis Suárez -aún más arriba-, llegó un pase milimétrico de Sergi Roberto para que Rafinha la bajara de cabeza y Munir la empujara al fondo de la red también con la testa.
Inmediatamente después llegaban malas noticias para la expedición blaugrana con las lesiones de Denis Suárez (minuto 19) y André Gomes (minuto 21), que dieron paso a Carles Pérez y Ricard Puig sobre el terreno de juego.
A pesar de ello, el asedio catalán continuó con un gran tiro de Semedo -paradón del argentino Gazzaniga- y el gol por toda la escuadra y desde fuera del área de Arthur, que dejó aún más tocado al conjunto británico tras haber sufrido la lesión de Sissoko.
Los de Pochettino se mostraron prácticamente inoperantes más allá de las incursiones de Aurier por el carril derecho. Su única ocasión en la primera parte llegó en las botas de Eriksen en una falta que resolvió bien Cillessen, y la siguiente gran oportunidad de los Spurs la firmó también el danés -con otra falta, esta vez al palo- en el minuto 52.
La irrupción del recién llegado Malcom, que dejó un par de buenos detalles, fue el principal atractivo de la segunda parte, repleta de juventud en las filas del club español y ganas de reaccionar por parte de los londinenses.
En apenas dos minutos el Tottenham aprovechó la imprecisión y el nerviosismo de la zaga rival y puso las tablas con tantos de Son y Nkoudou mientras sonaba la melodía de "Chelsea Dagger", de The Fratellis, en la megafonía del estadio.
Al final el choque se decidió en la tanda de penaltis, donde el Barcelona se mostró implacable y un gol de Malcom decidió la contienda tras el fallo previo de Georgiu.