El Athletic gana en Moscú y pone pie y medio en octavos de final

El Athletic Club de Bilbao dejó helado al Spartak Moscú (1-3), al que derrotó gracias a tres goles en la primera parte, dos de ellos de un Aritz Adúriz imparable, en un partido de Liga Europa marcado por el intenso frío.

El General Invierno con sus diez grados bajo cero y la nieve amenazaba con convertir el partido de ida de los dieciseisavos de final en una pesadilla, pero los leones plantaron sus reales y dejaron prácticamente encarrilada la eliminatoria.

Además, el equipo dirigido por el cuestionado José Ángel Ziganda dijo adiós a la crisis, aunque sea hasta el partido del fin de semana ante el Atlético Madrid, de la liga española. El técnico de los vascos únicamente introdujo cambios en la retaguardia, en la que apostó por el veterano Etxeita como compañero de Yeray en el centro de la defensa, lo que fue un gran acierto, ya que ambos estuvieron inconmensurables.

Mientras, el italiano Massimo Carrera sorprendió al salir de inicio con tres delanteros, incluidos el brasileño Luis Adriano, el holandés Promes y el paraguayo Melgarejo, una troika teóricamente temible, que no tuvo su día.

Los rusos tomaron la iniciativa desde el primer minuto, mientras los bilbaínos empezaron muy nerviosos y no conseguían hilvanar dos pases seguidos. La mejor ocasión la tuvo en sus botas el ruso Glushakov pasado el cuarto de hora, que se sacó de la chistera un duro disparo desde fuera del área que despejó con muchas dificultades Herrerín.

Volvió a aparecer el de siempre

Cuando peor pintaban las cosas, apareció Adúriz, el 'pichichi' del equipo, que recién cumplidos los 37 años demostró que le sobran galones y años de fútbol. Un medido pase entre líneas de Raúl García a la espalda de la defensa fue aprovechado por Adúriz para inaugurar el marcador tras regatear al portero y marcar a puerta vacía y casi sin ángulo.(min.22)

De nuevo la pareja Adúriz-García salvaba los muebles para un Athletic que, según el propio goleador, buscaba aire en Europa para hacer olvidar la crisis y acallar las críticas de prensa y afición. La suerte volvió a sonreír al equipo español a la media hora, cuando tras un fallo defensivo el balón le llegó a Glushakov, que recortó a su marcador y disparó raso desde el borde del área, pero el balón fue repelido por el poste.

Pero el abuelo Adúriz no había dicho su última palabra y a la salida de una falta lanzada por Susaeta y que rebotó en la barrera demostró que el fútbol es un deporte para listos. Recogió el rebote, se plantó solo ante Rebrov y le batió en su desesperada salida.(min.39) Los rusos parecían aturdidos y así al filo del descanso, de nuevo un pase al la espalda de la defensa dejó solo ante el portero a un hasta entonces impreciso Iñaki Williams, que superó a Rebrov, pero su disparo fue despejado bajo palos por la defensa.

Rico, que seguía atentamente la jugada, recibió la pelota en el corazón del área y marcó con un disparo que no acertó a despejar Kutépov sobre la misma línea de gol.(min.45) En la segunda parte los vascos no se conformaron con conservar el resultado y en los primeros minutos ya lanzaron varios contraataques protagonizados, pero mal finalizados por Williams.

Carrera perdió la paciencia y decidió reemplazar a Melgarejo por el caboverdiano Ze Luís, un delantero con más gol que el zurdo paraguayo. Pocos instantes después el equipo local recortó distancias por medio de Luis Adriano, que aprovechó un mal despeje de la defensa para batir sin oposición a un vendido Herrerín.

Ahí pasaron sus minutos los visitantes, lo que motivó la entrada en el terreno de juego de un jugador de choque como San José en sustitución de un cansado Susaeta. Herrerín demostró que la portería está bien resguardada con una buena parada ante un remate de cabeza de Ze Luís, mientras Rico lo intentó otra vez desde fuera del área.

Los vascos aguantaron el tipo y resistieron las tímidas embestidas rusos, que parecieron pagar haber hecho la pretemporada invernal en Dubai, Marbella y Sochi. El "Cuco" Ziganda confía en que la victoria sea un adelanto de una brillante temporada europea como la de 2011-12 con Marcelo Bielsa en el banquillo, que también arrancó en Moscú y que permitió a los vascos alcanzar la final del torneo.