Tranquilas bajaban las aguas por el Metropolitano tras esta primera parte de la temporada. Con problemas fuera de casa sí, y también para marcar goles y con una plaga de lesiones cuanto menos preocupante, pero el Atlético estaba y está vivo en las tres competiciones en las que comenzó la temporada. Sin embargo, la posible marcha de Lucas ha originado un huracán en las oficinas del Wanda en mitad de un curso en el que todas las miradas están puestas en la Champions League.
En la competición que se ha resistido en hasta tres ocasiones en la historia del club, estando dos de ellas aún muy presentes tanto en aficionados como en técnicos y jugadores. Tanto por tiempo como por cómo se produjo la caída en dichas finales. En 2014, en el minuto 93 por un cabezazo de Ramos cuando ya se saboreaba la primera Champions. En 2016, en penaltis, con Juanfran estrellando el cuero al palo ante, casualmente, el mismo Real Madrid.
En 2019, tras el fracaso de la pasada temporada que derivó eso sí en la conquista de la Europa League, el Atlético tiene el incentivo, o la presión, de que es el Metropolitano el estadio que acoge la final. Para ello el club hizo el esfuerzo de retener a Griezmann, y de pagarle una enorme cantidad de dinero que está trastocando todos los demás planes tanto en renovaciones como en contrataciones. Lemar, fichaje más caro del club, y Diego Costa, que ya es de nuevo propiedad del Atlético, fueron otros importantes gastos.
Tan importantes que, de momento, Jan Oblak sigue sin poder renovar por el límite salarial. Que, en estos momentos, Lucas Hernández puede estar más fuera que dentro del club si el Bayern Múnich decide pagar su cláusula. El francés estaba llamado a liderar desde ya una defensa que cada vez suma más primaveras en sus piernas. Su marcha puede ser más importante que los 80 millones que dejaría en las arcas rojiblancas.
Y es que la opción de que emigre a Alemania ha hecho que un invierno que se preveía tranquilo pueda ser de los más movidos que se recuerdan en el Atlético, tanto por su salida como por ver qué se hace con el dinero que su adiós deje. De fondo, la Champions League en el Metropolitano y la todopoderosa Juventus como futuro más cercano. Para alcanzarla, Lucas Hernández, campeón del mundo, era y es uno de los pilares básicos. Uno que puede dejar la disciplina Simeone.