El Wanda Metropolitano ha sido testigo del primer derbi de la temporada entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid. Un partido sin fútbol donde al final el luminoso acabó con tablas de 0-0. El resultado deja insatisfecho a los dos conjuntos que dilapidaron algunas ocasiones decisivas.
Hoy a todo el mundo le costó coger ritmo: al partido, a los jugadores, al conjunto arbitral, exceptuando a los entrenadores, que desde el primer momento habían trazado toda una partida de ajedrez. Pero claro está, en ella no estaba la carta del buen fútbol.
El choque de trenes empezó con muchas faltas para ambos conjuntos como los pisotones entre Eden Hazard y Kieran Trippier, pero los árbitros fueron muy benévolos hasta que sacaron la primera amarilla a Nacho por una fuerte entrada a Trippier.
Las ocasiones más claras del Atlético venían por las jugadas bien trenzadas de Thomas Partey, el mejor de su equipo sin diferencia, los centros de Trippier y la ocasión de Joao Félix que corrió un balón profundo a la espalda de la defensa del Real Madrid, que mandó lamiendo el segundo palo.
Sin embargo, las ocasiones más claras iban de la mano del Real Madrid con un Gareth Bale muy participativo ofensivamente. Renan Lodi no estaba en sus mejores días y eso lo aprovecho el galés con internadas por la banda y con algún cabezazo que hizo estirarse al portero rival, Jan Oblak.
Una primera parte con luces pero premonitora de lo que vendría en la segunda parte, oscuridad total. Con el inicio del segundo periodo, el 'Cholo' Simeone quiso darle verticalidad al juego con la entrada de Ángel Correa por Vitolo, que hoy desempeñó un trabajo de desgaste y ayuda.
El Real Madrid, por otro lado, buscaba todo su poder ofensivo al sacar a Luka Modric y James Rodríguez por Fede Valverde y Hazard respectivamente, un claro giro de los acontecimientos, porque Zinedine Zidane estaba decidido a ir a por el partido. Cosa que el entrenador argentino saco más músculo defensivo con Marcos Llorente, a pesar de estar un apático Thomas Lemar en el campo.
Sin lugar a dudas, la mejor ocasión del partido la tuvo Karim Benzema en la recta final del partido, que con un fenomenal giro de cabeza dio mucha velocidad a un balón que caía llovido y que puso en grandes aprietos a Oblak, éste se hizo gigante como el coloso que es tirándose 'a ras' de suelo a su palo más lejano.
En definitiva, un partido sin fútbol, donde se jugó al 'no perder' con grandes miedos a las contras y los remates de cabeza. Por ello el Real Madrid continúa líder con 14 puntos a expensas de lo que haga la Real Sociedad. El Atlético respira tercero por delante del Barcelona en puestos privilegiados.