Atlético de Madrid
El Atlético se abisma al fin de la era Simeone
El club madrileño, fuera de Champions y de Europa League en noviembre, cae eliminado de competiciones europeas antes de la fase final por primera vez en la era Simeone. ¿Fin de ciclo?
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El Atlético de Madrid está fuera de Europa y al borde de un ataque de nervios: no jugará los octavos de la Champions por deméritos propios, pues fue incapaz de ganar un solo partido a dos equipos a los que duplica el presupuesto. Y es que nadie en sus cabales cambiaría jugador por jugador la plantilla del Atlético por la del Brujas o el Leverkusen, clubes que han tumbado el argumento cholista por antonomasia. Pero el desplome no terminó ahí y los colchoneros tampoco disputarán la Europa League; por primera vez en la era Simeone, el conjunto ha caído eliminado de competiciones continentales antes de la fase final.
Penalti kafkiano ante el Bayer
El Atleti murió dos veces ante el Bayer y hoy otra más en Oporto. Hace una semana, el penalti de Carrasco ante el Leverkusen resucitó de golpe todos los fantasmas del pasado, de Lisboa a Milán pasando por Heysel. Sonaba el himno en el Metropolitano tras el pitido final y Simeone ya se estaba yendo con las manos en los bolsillos cuando el destino, en forma de VAR, quiso rizar el rizo. Griezmann se puso a silbar, Joao Félix pidió la bola y Carrasco quiso vengar a Juanfran-al-palo. El resto es historia de un fracaso kafkiano. Podría tratarse de una anécdota, pero también de un síntoma que no hace sino agrandar el historial 'pupista' del club.
Hubo un tiempo en que el equipo del Cholo era una roca defensiva cuyo dominio de las áreas y el balón parado resultaba apabullante, siendo el 1-0 religión. Con futbolistas como Costa, Tiago, Gabi o Raúl García, Simeone compensó la brecha presupuestaria con los colosos de Europa... Pero aquello ya es pretérito pluscuamperfecto. En el momento actual la defensa hace aguas (que coincidan Savic y Giménez es milagroso y ambos están en un estado de forma calamitoso), el sistema cambia de un partido a otro y en punta Joao Félix, Golden Boy 2019, es noticia por sus polémicos gestos en el banquillo más que por sus genialidades sobre el tapete de juego.
La mayor crisis en 11 años
En definitiva, el cholismo está inmerso en su mayor crisis desde que el argentino llegara al Calderón el 23 de diciembre de 2011 para darle la vuelta a la entidad madrileña como a un calcetín. Existen signos evidentes de agotamiento y un observador diría que algunos de sus futbolistas han dejado de creer en el proyecto. También se percibe una ruptura de la afición con el club: anécdotas son elevadas a categoría y cualquier chispa puede derivar en un incendio, desde la camiseta con las rayas torcidas al posible fichaje de Cristiano Ronaldo, pasando por el no-pasillo al Real Madrid la temporada pasada o los desagradables cánticos a Vinícius en la presente. Lo cierto es que haría bien el Atlético de Madrid en dejar de mirar a su alrededor porque su mayor enemigo siempre fue, es y será el propio Atlético de Madrid.
Al equipo colchonero, cuya afición no obstante demuestra una y otra vez ser de Champions League, no le alcanza ahora mismo para mirar de tú a tú a los grandes de Europa, pero tampoco a las medianías. Tampoco le llega para pelear una Liga que parece encaminada a otro duelo inevitable entre Real Madrid y Barcelona. La Champions y la cabeza de LaLiga se han escapado en dos semanas funestas... y ni siquiera se ha podido asegurar la vía de escape de la Europa League tras sucumbir 2-1 en Oporto. El Atlético es un castillo de naipes defensivo, un equipo que juega con fuego y siempre se quema porque no ha aprendido a cerrar los partidos. Los fracasos continentales se amontonan y las dudas crecen hasta tal punto que la hinchada comienza a cuestionarse la continuidad de Simeone en el banquillo del Metropolitano.
Cambió la historia del club
Un Simeone que, todo sea dicho, es un milagro del fútbol contemporáneo. El Atleti estaba por los suelos hace 11 años, recién eliminado de Copa del Rey por el Albacete, cuando él llegó para sustituir a Gregorio Manzano y refundar la historia rojiblanca. Desde entonces, el club ha vivido su etapa más gloriosa con dos títulos de Liga, otros tantos de Europa League, el mismo número de Supercopas de Europa, una Supercopa de España y una Copa del Rey conseguida además en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. En el debe, las dos finales perdidas ante los blancos en Copa de Europa.
Con estos números, nadie se había atrevido hasta ahora a discutir al argentino, quien antaño hizo prodigios con muy poco y se ganó un merecido estatus de ídolo. Con un estilo definido y efectivo, los colchoneros tocaron la gloria. Sin embargo, desde hace una temporada y media, cuando ganaron la Liga gracias a un reivindicativo Luis Suárez, algo ha ido cambiando en el entorno del Atlético de Madrid. Los resultados no han acompañado y este inesperado adiós a todas las competiciones europeas a 1 de noviembre es un palo difícil de digerir, por mucha gloria que tenga a su espalda el Cholo.
Presupuesto y estilo
Cada vez son más las dudas que presenta su proyecto y hasta hay futbolistas en conflicto con el técnico. Escudado en motivos económicos, desde su llegada se colocó por detrás de Madrid y Barça, pero la realidad ha desnudado su discurso. Joao Félix, sin ir más lejos, costó 127 millones de euros, así que no falta quien recrimina a Simeone falta de ambición y cierto conformismo. Otros, por su parte, exigen un juego más atractivo y vistoso con jugadores como Carrasco, Griezmann o Morata, aunque el principal problema llegara cuando el conjunto perdió su esencia: ya no es aguerrido, ya no es férreo, ya no presiona como antes... El Cholo ya no tiene soldados.
¿Hasta cuándo tendrá crédito alguien que, sin embargo, ganó LaLiga hace solo 16 meses? El entrenador siempre paga los platos rotos, pero Simeone forjó un equipo de autor y siempre quiso ser juzgado por los resultados cuando ganó, así que también lo está siendo ahora cuando pierde. No se puede focalizar la situación actual del Atleti solo en el argentino, pues él no es culpable de que la directiva ande más pendiente de la venta del club, de que la planificación deportiva de Andrea Berta sea mejorable o de que varios futbolistas clave estén lesionados o cometan errores groseros. Sin embargo, esta plantilla se creó a su imagen y semejanza y es el Cholo quien decide cómo se ataca, cómo se defiende, quién juega y quién no.
Su Atleti está desnortado y a la deriva. Con el tiempo los resultados han dejado de ser tan buenos, la lucha por los títulos se aleja y la imagen del técnico, progresivamente, se ha ido desgastando. En los últimos meses el cacareado grito de 'Ole, ole, ole, Cholo Simeone' se ha ido apagando en una grada que ha dejado de creer ciegamente en el bonaerense. Simeone es el entrenador mejor pagado del mundo y eso conlleva una gran responsabilidad que no se refleja en la máxima competición continental.
Qué hay más allá
Ante rivales de ligas menores y con peores plantillas, todo hacía presagiar una fase de grupos plácida en Champions... pero el Atleti solo ha podido ganar un partido al Oporto. Tras el penalti marrado ante el Leverkusen, la Europa League se antojaba una oportunidad para resarcirse, pero lejos de resucitar los rojiblancos han optado por morir una tercera vez. Un naufragio que hace que la figura de Simeone al frente del equipo se tambalee más que nunca. Todo lo que empieza tiene un final, aunque a veces sea difícil decir adiós y el futuro incierto cause vértigo. El club madrileño y sus aficionados se abisman a una pregunta trascendental: ¿qué hay después Cholo?
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