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EUROLIGA | F.C BARCELONA LASSA 67-69 OLYMPIACOS
El Barça se hunde en Euroliga ante un Olympiacos sin capitán
El FC Barcelona Lassa ha perdido en el Palau Blaugrana ante Olympiacos (67-69) en la 17º jornada de la Fase Regular de la Euroliga y se complica su existencia en la competición al encadenar la segunda derrota seguida, quinta en siete partidos, ante un equipo griego que llegó sin su capitán y referente, el lesionado Vassilis Spanoulis, pero que lidió hasta lograr un triunfo que les refuerza a la par que merma a los catalanes.
Dominó el Barça primero, pero se hundió al final, en el momento clave. Tuvo cerca forzar la prórroga, con balón y 67-69 en el marcador con 7.4 segundos de juego, pero Rice quiso ir contra el mundo y falló. Previamente un triple de Koponen, que fue de lo mejor del partido junto a Ante Tomic, puso un 67-67 para soñar pero la verdad es que el Barça perdió ante un equipo que sólo anotó 2 puntos en más de cinco minutos del último periodo.
Aún así ganaron, en un partido flojo que hace pensar en que la derrota blaugrana fue más por demérito del Barça Lassa que no por méritos de Olympiacos. Sin Spanoulis, las decisiones las tomó un Georgios Printezis que acabó con 16 puntos y un 20 de valoración, secundado por las rachas de Green y el saber hacer de Matt Lojeski. Lo tuvo el Barça, pero ni el factor Palau evitó una derrota que deja muy tocado al equipo blaugrana, y a dos triunfos del 'play-off'.
Una derrota dura, no por el resultado sino por el mero hecho de perder en casa y de hacerlo dejando unas sensaciones cuanto menos extrañas. No apareció Navarro para imponer su experiencia, ni otros veteranos como Oleson o Doellman. Cuando tuvieron pequeñas ventajas no remataron y, por contra, Olympiacos dispuso una dura batalla física final en la que estuvo cómodo y con confianza. Endureció el juego y ganó a su estilo, pese a no tener a Spanoulis.
La debacle del Barça empezó con la reacción griega en el tercer cuarto (21-27), que les hizo abrir el último periodo con una mínima ventaja. Una canasta de Joey Dorsey, quien fue ovacionado por el Palau para insuflarle ánimos tras una mala época y aciago acierto esta noche, igualó a 56 el choque. Partido nuevo, a nueve minutos. Y ahí Olympiacos volvió, como al inicio, a tener serios problemas en su acierto; sólo 2 puntos en más de cinco minutos. Escaso pero suficiente para, con poco más, ganar.
El Barça empezó llevando la iniciativa en el marcador gracias a una efectividad en el triple que hacía tiempo que no tenía el equipo. Hasta cuatro triple en el primer periodo permitió a los catalanes irse 20-17 arriba pese a un triple sobre la bocina de Green, que fue el artífice de la reacción rojiblanca. Pese a ello el Barça llegó a tener en dos ocasiones una máxima de +6 antes del descanso y, pese a un momentáneo 24-24, supo mantener arriba en el marcador.
Una ventaja que un parcial de 0-4 para abrir la segunda parte llevó a que la balanza cambiara de lado. Pese a que Olympiacos no estaba jugando para nada su mejor partido, de los peores desde la reacción que está protagonizando, el Barça no pudo abrir un hueco que diera lugar a la tranquilidad. Y eso que Ante Tomic dio toda una lección en la pintura y el acierto exterior del equipo acompañó. Pero en apenas 5 minutos Olympiacos anotó casi más que en cada uno de los dos cuartos anteriores.
Este cambio de escenario en la segunda mitad pilló desprevenido a un Barça que sí, seguía confiando en Ante Tomic, pero que empezó a bajar en intensidad y ritmo ante unos griegos cada vez más activos, metiendo más manos en defensa y apretando físicamente. Además, que Olympiacos viera el aro con facilidad, el mismo que anteriormente veía de 1 milímetro, colaboró al despego de los del Pireo (39-44). Pero el Barça, tirado por el empuje de Tyrese Rice, se metió de nuevo en la pugna.
Olympiacos jugó finalmente sin su referencia; Vassilis Spanoulis. El creador de juego de los del Pireo no se recuperó a tiempo de sus molestias físicas, las mismas que le venían impidiendo entrenar con sus compañeros ni disputar el último partido de la liga griega. Sin él, sin la mano derecha de Ioannis Sfairopoulos en la pista, los visitantes no pudieron imponer su ritmo y echaron en falta la luz de su faro para llegar mejor a buen puerto
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