El presidente del Girondins de Burdeos, Stéphane Martin, anunció la suspensión durante una semana del entrenador, el uruguayo Gustavo Poyet, que ayer había lanzado una diatriba contra sus dirigentes por haber transferido contra su voluntad y a sus espaldas a Gaëtan Laborde.
En una conferencia de prensa colgada en la página web del equipo, Martin señaló que una vez que pase esta semana de suspensión habrá una nueva entrevista con Poyet y luego "todo es posible", en alusión a un probable despido. Poyet salió esta mañana en coche del centro de entrenamiento del Girondins de Burdeos después de haber mantenido un encuentro con el presidente, que poco después ante los periodistas denunció que en la conferencia de prensa del técnico ayer "se superaron los límites".
Tras ganar en la previa de la Europa League
"No se puede tolerar que un cuadro superior diga tales cosas de una institución", subrayó Martin, que refiriéndose al uruguayo señaló que "tener personalidad y temperamento no excluye respetar reglas básicas y respetar una institución". El presidente reconoció que se había producido "un deterioro progresivo" de las relaciones en los dos últimos meses que atribuyó a "una frustración y probablemente un estrés por la falta de fichajes".
Pero insistió en que la salida de ayer de Poyet le dejó "estupefacto", que "una salida tan violenta" fue "una sorpresa", sobre todo justo después de haber ganado el partido de la serie previa de la Liga Europa contra el Mariopul ucraniano (2-1). A su juicio, lo que hay detrás es "una deriva de comportamiento en la que (el entrenador) pensaba ser el patrón del club", algo que no puede aceptar.
La 'rajada' de Poyet
En un comunicado, el club explicó que ha encargado la gestión del grupo profesional al preparador físico Eric Bedouet, que en el pasado ya se ocupó de forma interina del banquillo. El origen de esta sanción contra el antiguo entrenador del Betis son sus declaraciones públicas ayer tras el triunfo del Burdeos ante Mariupol.
Poyet se quejó del traspaso de Laborde a Montpellier y dijo que había sido su "peor día" desde que llegó al equipo. "Lo que ha hecho el club con Laborde es una vergüenza. Lo han hecho contra mí, contra los jugadores y contra los aficionados. No puedo aceptarlo. Necesito una explicación pública para entenderlo", añadió el uruguayo.