Caso Rafa Mir
Caso Rafa Mir | Los guardias de seguridad ratifican la versión de la víctima: "Me ha metido los dedos"
Los vigilantes de la urbanización ponen en entredicho la versión de los policías locales sobre el acceso carnal.
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El juzgado de instrucción número 8 de Llíria sigue con la fase de toma de declaración a los testigos en el caso Rafa Mir. El pasado 1 de septiembre el futbolista del Valencia fue detenido junto a un amigo acusado de agresión sexual tras la denuncia de dos jóvenes de 21 y 25 años. Los hechos tuvieron lugar en el chalé del delantero y durante este tiempo Mir está en libertad condicionada con la retirada del pasaporte incluida.
Durante el proceso se han escuchado varias versiones y durante este lunes les tocó el turno a los dos guardias de seguridad privada de la Urbanización Torre en Conill, quienes han puesto en entredicho la versión de los policiales locales que acudieron al lugar.
"¿Cómo que no ha pasado nada?"
Los vigilantes fueron los primeros en llegar a la zona a primera hora de la mañana y, según su declaración que desvela el medio 'Levante emv', refrendaron la versión de una de las víctimas que asegura que hubo acceso carnal. Lo guardias contaron el juez que la víctima aseveró dos veces a la policía local que "le había metido los dedos".
La defensa de Rafa Mir ha centrado sus pesquisas en intentar demostrar que la presunta víctima dio dos versiones diferentes y que nunca habló de la agresión carnal en la primera toma de declaración.
No obstante, los guardias de seguridad dejaron claro ante el juez que en un momento dado la joven presuntamente agredida hasta en dos ocasiones por Rafa Mir -una en la piscina y la otra en el baño– les dice textualmente: "¿Cómo que no ha pasado nada? Me ha metido los dedos".
"No mostraron mucho interés"
La defensa de Mir, por su parte, trató de cuestionar a los vigilantes: ¿por qué no hicieron nada ante semejante afirmación? Los testigos explicaron que ellos no eran nadie para decirle a la policía lo que tenía que hacer, pero que les llamó la atención que los agentes no detuvieran al futbolista y se centraran más en la otra agresión que refería la segunda víctima, que presentaba una lesión en el labio causada por el otro investigado, Pablo Jara.
La propia denunciante siempre ha mantenido que los agentes de la policía local de Bétera "no mostraron mucho interés en averiguar lo sucedido" y que mantenían una "conversación distendida" con el futbolista.
Contradicen a los 4 policías locales
La declaración de los guardias de seguridad pone en entredicho el testimonio de los cuatro policías, quienes ratificaron ante la jueza el pasado 27 de noviembre que en ningún momento las jóvenes les refirieron hechos que fueran susceptibles de haber sido víctimas de un delito sexual, de ahí que no lo recogieran en su atestado.
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