Muy posiblemente sea el mejor jugador surcoreano y asiático del mundo en estos momentos, pero no todo fue sencillo en la vida de Son Heung-Min. El futbolista del Tottenham, en una entrevista con 'The Guardian' habló sobre su pasado y sobre su futuro, en los cuales su padre ha tenido y tiene especial relevancia.
"Mi padre me dice que hasta que no me retire no me debería casar, y tiene razón. Cuando te casas la familia es lo primero, y después el fútbol. Quiero estar a mi mejor nivel mientras juego. Ya con 33 ó 34 años tendré una vida larga para formar una familia", afirma.
Sobre este tema, Son reconoce que a los directivos de los clubes europeos les gusta que sus jugadores se casen para tener una vida más estable. "Es verdad. Fuera del campo puedes hacer muchas cosas, como beber, pero a mí eso no me gusta", dice.
Son retrocede a su niñez para hablar de su padre: "Con 10 ó 12 años vino a entrenar con el equipo de mi colegio. Estábamos 15 ó 20 jugadores, y no podíamos dejar caer la pelota durante 40 minutos. A los demás no les decía nada, pero se me cayó a mí y nos hizo comenzar de nuevo. Era duro, y daba miedo, pero sin él no estaría donde estoy ahora".