Darfur, en Sudán. Una de las regiones más pobres del mundo fue escenario de una guerra terrible. Medio millón de muertos, violaciones masivas, genocidio, limpieza étnica, hambruna... típico conflicto que nos escandaliza durante unas semanas y recordamos cuando alguna estrella de Hollywood solidaria va a visitar a los refugiados.
Ocho años despues del ficticio alto el fuego, 320.000 desplazados viven aún en 12 campos en el Chad. En 2011, a un cooperante nortemaericano se le ocurrió montar un equipo de fútbol, el Darfur United.
El éxito fue inmediato. Los entusiastas jugadores han conseguido incluso salir de sus tiendas y participar en varios mundiales de refugiados, pero las mujeres no querían quedarse de espectadoras. Pidieron ser incluidas primero en la academia de fútbol, que acoge a 4.000 niños y niñas.
Y luego, en el equipo. El Darfur United femenino ya es una realidad. En los campamentos ejercen de maestras, enfermeras, granjeras y la mayoría de madres, con una media de cinco hijos por cabeza.
Pero cuando se calzan las botas son unas futbolistas de pies a la cabeza,que entrenan con los chicos y que aspiran,como ellos, a cruzar fronteras y competir. Acabemos con dos cifras idénticas pero que no cuadran.
Este lunes se cumplieron 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En el mundo, según la ONU, hay 70 millones de refugiados.
