Después de cinco jornadas consecutivas sin conocer la victoria, el Girona despertó al imponerse al Rayo Vallecano, con un doblete de Portu, en un partido en el que los de Eusebio encarrilaron en el primer tiempo (2-0) y descontaron los madrileños por medio de Alejandro Gálvez en la reanudación.
El Girona saltó al césped con la ambición de dejar atrás la mala dinámica de las últimas de semanas, con la intención de regalarles un buen espectáculo a los 6.618 aficionados que desafiaron la fuerte lluvia que cayó sobre Montilivi para acompañar a sus futbolistas, más necesitados que nunca del apoyo de su hinchada.
Los rojiblancos, impulsados por la intensidad de Portu y del Choco Lozano, dos jugadores con muchas ganas de reivindicarse, dominaron el encuentro a partir de la posesión del balón en los primeros compases; e incluso pudieron adelantarse en el electrónico en un uno contra uno en el que Alberto García estuvo más acertado que el delantero hondureño o en una acción en la que Pere Pons no llegó a rematar una buena dejada del habilidoso atacante murciano.
Minutos antes, el Rayo Vallecano se había acercado al arco de Bono por mediación de tres disparos lejanos de Raúl de Tomás, Giannelli Imbula o Luis Advíncula que no pusieron en demasiados problemas al guardameta marroquí. Haciendo gala del instinto asesino que el curso pasada le convirtió en uno de los mejores artilleros de la categoría de plata, Raúl de Tomás volvió a aparecer a la media hora de juego para interceptar una mala cesión de Jonás Ramalho a Bono, aunque no acertó a disparar entre los tres palos.
La ocasión del madrileño no fue más que un paréntesis en medio del monólogo de un Girona que encontró el premio a su insistencia en el minuto 33, cuando Alejandro Gálvez cometió un claro penalti sobre el Choco Lozano que Portu se encargó de transformar con un potente disparo para celebrar su primer gol de la temporada.
Lejos de conformarse con el 1-0, los futbolistas de Eusebio Sacristán, que en el minuto 8 se vio obligado a dar entrada al inédito Carles Planas en sustitución del lesionado Aday Benítez, continuaron cercando el área madrileña. De hecho, los locales bien pudieron multiplicar su ventaja a través de Borja García, que obligó a Alberto a estirarse para desviar a córner un chut desde la frontal, de Juanpe, que cabeceó un saque de esquina ligeramente por encima del travesaño, o de Portu, que no supo aprovechar un mano a mano con el arquero visitante.
El 2-0 acabó llegando en los últimos instantes de la primera mitad, en el minuto 44. Carles Planas le cedió el esférico a un Borja García que se vistió de asistente para filtrar un excelente balón a la espalda de la defensa visitante y Portu culminó su resurrección con un disparo ajustado al palo izquierdo de la portería de Alberto García.
El '9' del Girona, frustrado, parecía haber perdido la chispa en estas primeras jornadas, pero ayer volvió a sonreír. La alegría de Portu, sin embargo, fue incompleta por culpa de una inoportuna lesión que le obligó a abandonar el terreno de juego en el minuto 57.
Justo después, el Rayo Vallecano recortó distancias por mediación de Alejandro Gálvez, que cazó un balón muerto en la línea de gol para poner el miedo en el cuerpo a la afición del Girona.
Después de superar unos minutos de incertidumbre, el conjunto rojiblanco volvió a las andanadas, acercándose con peligro al arco de Alberto García por mediación de Carles Planas y de un Choco Lozano que tuvo la sentencia en sus botas.
El Rayo también tuvo sus oportunidades para restablecer el equilibrio en el marcador, pero el marcador no se alteró más y el Girona acabó sumando una victoria, la segunda de la temporada en Montilivi, que le permite respirar tranquilo.